¿Qué análisis hacés de los resultados de la primera vuelta?
La primera vuelta dejó al peronismo y al Frente para la Victoria algunos sinsabores y una gran lección, porque a pesar de haber ganado no nos alcanzó para hacerlo en primera vuelta. La sociedad argentina tenía un mensaje, algo que no estábamos sabiendo escuchar, y se manifestó a través de las urnas. Por eso, Daniel Scioli, nuestro candidato, no hizo oídos sordos a esa demanda y rápidamente incorporó nuevos ejes de campaña que obviamente serán también de gestión, como es el 82% móvil sobre el salario mínimo, que fue una de las propuestas de campaña de Sergio Massa. Es que entendemos que ese es un electorado que tiene algunas coincidencias programáticas con el FPV pero que evidentemente algo dejó de gustarle, algo tenía para decir que no supimos interpretar con anterioridad. Pero que no votó por Macri aún frente a las presiones mediáticas en torno al voto útil.

¿Cómo llega el Frente para la Victoria al balotaje del próximo 22 de noviembre?
El peronismo llega a esta instancia con un proyecto político claro y un candidato que expresa la vocación de avanzar en el rumbo del desarrollo nacional con inclusión de todos los argentinos y las argentinas. Este es un camino que no se construye de un día para otro, debe ser un recorrido sostenido, que avanza y se consolida escalón por escalón. Y que necesita de un profundo arraigo democrático, es decir, que necesita del aval y la legitimación permanente para que se haga carne en la vocación de futuro de nuestro pueblo.

Esta etapa requiere del peronismo unido, sin facciones. Con los trabajadores y sus gremios, el partido, sus dirigentes, agrupaciones y representaciones institucionales y políticas con una clara unidad de rumbo. Eso no significa que no existan disputas o discusiones internas. Pero nuestro movimiento debe priorizar en esta instancia lo que se define para todos: más desarrollo, más trabajo, más industria, más derechos, más inclusión o la destrucción de todo lo que se reconstruyó en estos 12 años para borrar de un plumazo el proyecto de una Argentina justa, libre y soberana.

¿Qué es lo que está en juego?
Lo que decidimos este 22 de noviembre es algo serio, es el modelo que regirá nuestro país los próximos cuatro años. Macri representa las políticas económicas y la concepción sociocultural que se introdujo en Argentina a través del golpe de estado más sangriento que haya conocido nuestra historia, que terminó de dar forma al país que conocimos en la década de los ’90 y que estalló por los aires en los primeros años del siglo XXI. Sus economistas plantean abiertamente que sea el mercado el mecanismo de regulación de nuestra economía, hablan de ajuste, de devaluación abrupta, mientras Macri sale alegremente a hablar de “cambio” y “revolución de la alegría”.

¿Qué mensaje le darías al ciudadano platense de cara a las elecciones del próximo domingo?
Apelo con mucha humildad pero con la certeza del destino que deseo para mis compatriotas, a que los platenses sepamos en principio discernir entre los dos modelos que están en disputa este 22 de noviembre. Y por otro lado, que sepamos reconocer en Daniel Scioli la única vía para garantizar y mejorar lo mucho o poco que hayamos construido en estos años, con el cambio que representa una nueva gestión, pero con la necesidad de dar los próximos pasos para consolidar la calidad de vida de cada habitante de nuestro suelo. Les pido que no nos suicidemos con un modelo económico que destruya los cimientos del aparato productivo, científico, educativo y social que se reconstruyó con tantos esfuerzos, sino que abordemos con conciencia aquello en lo que todavía no pudimos avanzar y vayamos a votar por lo que falta.