jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº -1968

Información General | 9 nov 2013

Lo comprobó la ONG BIOS

Confirmado: Hay agrotóxicos en la sangre de los marplatenses

Luego de la publicación de los resultados de los análisis de sangre, la ONG reclamó a las autoridades que se detenga la utilización de los agroquímicos que, aunque pasen los años, permanecen en la sangre de los consumidores de verduras


La ONG marplatense BIOS realizó análisis de sangre a voluntarios y miembros de la Organización con la finalidad de comprobar si los agrotóxicos utilizados en la producción hortícola se detectaban en el organismo, además de revisar qué otras sustancias extrañas y tóxicas se reconocían.

Los resultados fueron presentados públicamente y determinan que efectivamente hay agrotóxicos en la sangre de los marplatenses, lo que llevó a la ONG a realizar un reclamo frente al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y al SENASA.

“Estamos demostrando que los agrotóxicos no ‘desaparecen’ luego de aplicados. Algunos degradan en metabolitos que persisten y terminan en el cuerpo humano. Por ejemplo, el DDT no se usa hace años, y sin embargo tenemos DDT en nuestra sangre. Miles de litros de veneno si se evaporan están pasando de la tierra al aire, pero no desaparecen. Podemos afirmar hoy, que hay agrotóxicos en la sangre de los marplatenses”, explicaron desde BIOS.

Además, advirtieron que éstas sustancias deprimen el sistema inmunitario, con lo que la persona es más propensa a contraer una enfermedad. “Una persona expuesta a agrotóxicos de modo cotidiano, es más proclive a enfermar que aquéllos que no vivimos en los bordes de las ciudades y son expuestos a las derivas de las aspersiones”, detallaron mediante un comunicado.

Los resultados de la investigación derivaron en una serie de peticiones ante el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y organismos relacionados, como el SENASA, para que apliquen la Recomendación 147/2010 del Defensor del Pueblo de la Nación y de la Auditoría General de la Nación, y se coloque una “Banda Roja” a todos los agrotóxicos hasta tanto se realicen los estudios toxicológicos de cada uno de los reactivos.

Además, la ONG solicitó que se establezca una distancia de al menos mil metros de las zonas habitadas para aplicar los agrotóxicos, basados en el Principio precautorio, que establece la suspensión de cualquier actividad que impacte contra la salud o el ambiente.

“Estas prácticas agrícolas – expresaron – no son inocuas: nuestra sangre lo acaba de demostrar a través de la ciencia. Nadie puede explicarnos cómo sus químicos peligrosos están hoy en nuestros cuerpos, si supuestamente los usan y aplican sobre los vegetales”, concluye el comunicado de BIOS.

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