Inicialmente, Morante tenía la intención reproducir una experimentación realizada en Canadá para el tratamiento de dolor, con cannabis proveniente de ese país. Sin embargo, a partir del acercamiento de familiares de niños con epilepsia refractaria decidió reorientar su trabajo e iniciar un proyecto que incluye la producción local de marihuana de uso medicinal en General Lamadrid.

En diálogo con Blanco sobre Negro, el médico de la UNLP explicó: “Nos dimos cuenta que no tenía demasiado sentido poner tantos recursos para comprobar la utilidad del cannabis en el tratamiento del dolor que es algo que ya está comprobado hace muchos años. El acercamiento de madres de chicos epilépticos que necesitan soluciones urgentes nos sumó otro desafío”.

El intendente de General Lamadrid, Martín Randazzo, incluyó esta idea entre sus propuestas de campaña y obtuvo una gran aprobación de los vecinos a partir de un taller de participación comunitaria. Ahora asegura contar con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, del Ministerio de Salud bonaerense y de legisladores para lograr una modificación parcial en la legislación que habilite a su localidad a comenzar a producir cannabis con fines medicinales.

La epilepsia es refractaria cuando las crisis epilépticas son tan frecuentes que limitan la habilidad del paciente para vivir plenamente o cuando el tratamiento anticonvulsivante no controla las crisis o sus efectos secundarios son limitantes para un desarrollo normal de la persona.

“Para el tratamiento de la epilepsia refractaria se utiliza aceite de cannabis. Pedimos que se apruebe el cultivo a nivel local o que dejen importar aceite para enfrentar el padecimiento de estos pacientes”, aseguró Morante y agregó: “Recientemente se publicó una investigación israelí que comprueba que el cannabis reduce la cantidad de ataques y mejora la comunicación en niños de 1 a 18 años que padecen esta enfermedad. Nosotros buscamos realizar un ensayo químico a corto plazo”.

Por su parte, el intendente de Lamadrid dijo a La Tecla: “El municipio y la comunidad están decididos y esto nos haría muy bien como pueblo. Podemos desarrollarnos y encontrar nuestra identidad, revalorizarnos a partir de un proyecto innovador como este, que no sólo va a generar puestos de trabajo, sino que va a generar un cambio y una transformación cultural y hasta un cambio económico en la producción. Tenemos el espacio físico y la decisión política. Trabajamos con la Universidad de La Plata, el Conicet y un inversor que decidió participar. Tenemos todas las patas, ahora necesitamos que nos den el permiso”.

Para poder realizar la primera plantación de cannabis medicinal, el Randazzo impulsa un cambio específico en la ley y no una nueva normativa que conllevaría un gran debate. “La idea es hacer algo simular a lo de Chile (foto) para poder tener la materia prima de la investigación”, explicó Morante.

Asimismo, este proyecto sumó la adhesión de inversores canadienses que aportarían el capital necesario para financiar el cultivo. “Los familiares de pacientes epilépticos piden una medida de urgencia. Este tratamiento sería para pacientes que no responden a ninguna otra terapia”, concluyó el especialista.