sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº -1963

Información General | 10 abr 2016

Opinión

Un camino hacia la tristeza

Por Nahuel Vicchi, Nuevo Encuentro La Plata


Pasaron más de cien días desde el inicio del gobierno de Mauricio Macri y lo que empezó siendo la revolución de la alegría, ese camino que iba a pararse en todo lo que estaba bien, sin tocar ningún nuevo derecho ni ninguna de las tantas transformaciones que ocurrieron los últimos doce años, y desde ahí ir por más, empieza a revelarse como lo que es: un camino hacia la tristeza del pueblo argentino.

Basta con enumerar las políticas adoptadas desde el primer día de gobierno PRO y resultará evidente a qué sector de la sociedad están orientadas y buscan favorecer: devaluación de la moneda; modificación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual; quita de subsidios a los servicios públicos; despidos masivos; quita de retenciones al campo y a la minería…en fin, una batería de medidas que implican una brutal transferencia de ingresos de los sectores más vulnerables y los trabajadores hacia los sectores más concentrados de la economía.

Todas estas medidas buscan no sólo la acumulación de más riqueza en las corporaciones económicas, sino que a partir de lo que se traduce en un ataque constante a los sectores populares busca desmoralizar a la sociedad y disciplinarla a partir del miedo (miedo a perder el trabajo, miedo a que por querer protestar te repriman las fuerzas de seguridad, miedo a quedar en la calle).

Una de las grandes transformaciones del kirchnerismo fue que la política volvió a estar en el centro de la escena. Dejó de ser una mala palabra y se reivindicó como herramienta de transformación. Hoy buscan golpear justamente ahí, para que el “no te metas” vuelva a ser moneda corriente y ellos no encuentren resistencia y oposición enfrente y así poder avanzar en el camino que recién empezaron a transitar, que es el de los grandes negocios para unos pocos y tristeza para muchos, donde el Estado que supimos construir con mucho esfuerzo, con tensiones, contradicciones y debates, ese Estado inclusivo, ese Estado para todos y todas, deje de existir y se construya un Estado para unos pocos, para quienes pueden costearlo.

Lo decía Jauretche: “nada grande se puede hacer con la tristeza”. Por eso nos quieren llevar ahí, para que no intentemos volver a hacer nada grande. Está en nosotros no permitirlo, hacer que la alegría sea nuestra, para no desmoralizarnos, para no dejarnos vencer, para salir a convocar a más argentinos y argentinas a esto que ya es una gesta histórica, con las características que ésta toma en nuestros tiempos: la recuperación del Estado construyendo mayorías electorales a partir de una hegemonía política que lo ponga al servicio del pueblo y no de las corporaciones, por la grandeza de la Patria y la felicidad de Nuestro Pueblo.

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