La primer escena fue la foto donde ella posaba con Insaurralde en la revista Caras junto a Sergio Massa y Malena Galmarini. Fue un golpe al corazón de los kirchneristas más duros, una especie de shock de realpolítica que los ultracristinistas tomaron con disgusto.

El primero que reaccionó fue Luis D*Elía, desde su cuenta en Twitter, que disparó una mensaje donde arrimaba a ambos ex candidatos a la figura del venezolano Enrique Capriles.

Después lo borró rápidamente, comprendió el tono de los nuevos tiempos, más anclados al posibilismo post electoral, y bajó el tono de las críticas. “¿Cómo se sienten mirando esta foto?”, terminó preguntando, en reemplazo del tweet más duro, el referente matancero.

El martes, sin la presencia de su pareja, Cirio compartió una mesa con Jorge Rial y su pareja, la “Niña Loly”, que celebraba su cumpleaños junto a famosos como la modelo Victoria Vanucci, su esposo, Matías Garfunkel, y el conductor de televisión Mariano Iúdica.

Ese mismo día junto a Ángel De Brito y su panel, la conductora y modelo habló de su relación con Martín Insaurralde: “Nunca cedí tanto en mi vida”, dijo, en una entrevista a Clarín, donde fue muy bien tratada.

“No creo que Martín vaya a aliarse con Sergio (Massa)”, vaticinó la modelo, aunque antes aclaró que de política no entiende mucho: “Estoy tratando de aprender”, dijo.

“Mi familia es peronista y mi mamá trabajó en la municipalidad de Lanús con Quindimil”, agregó, para mostrar chapa de justicialista de pura cepa. Y para que no quedaran dudas, comentó con una alta dosis de ingenuidad: “La marcha peronista me la sé de memoria”.

Anoche, para evitar una sobreexposición que irritara a la Presidenta Cristina Fernández y lo farandulizara demasiado, iniciaron el viaje desde Montevideo. Pero las apariciones de Jessica, y su alto perfil, preanuncian un Insaurralde bien sciolista en su estilo, con el sueño de que, quizá, como al motonauta, alguna vez se abra para él el afecto del mundo de la farándula.