COPETRO es una empresa que administra una planta de carbón de coque, una sustancia tóxica y que, al ser un polvillo fácilmente volátil se hace presente en el barrio Campamento en diferentes formas: paredes ennegrecidas, ropa sucia por el polvo que vuela con el viento, y, sobre todo, efectos en la salud de la población, según denuncian los vecinos de la zona donde se encuentra la planta de la empresa.

La Justicia dio curso a varias demandas contra la firma, por lo que en varios juicios tuvo que pagar indemnizaciones millonarias.

Este año los directivos y accionistas de Copetro recibieron una buena nueva del gobierno entrante de Mauricio Macri: la minería sería exenta de pagar retenciones, lo que sumado a la fuerte devaluación del peso, significaría una gran “ayuda” para el sector. Nadie aplaudió la medida, y hasta la famosa niña Antonia Macri Aguada debe haberse quejado por tamaño regalito a una rama de la producción altamente contaminante, generadora de pocos puestos de trabajo y que promueve un capitalismo fuertemente extractivista.

Pero ese debate, que impactó sobre todo en la zona cordillerana donde la minería es una pieza central para las economías provinciales, en la Región de la capital bonaerense parecía no incidir en forma concreta, debido a que la actividad tiene una carácter abolutamente marginal: la única empresa del sector es la mencionada Copetro, productora de carbón de coque y ubicada con una terminal en cercanías del puerto, que desde su creación ocupó escasa mano de obra.

La firma propietaria es Oxbow Carbon, una de las mayores compañías de su rubro en todo el mundo. El coque es un subproducto derivado de la refinación de petróleo que se utiliza como combustible en la industria metalúrgica (básicamente en la del acero y el hierro), que se destina a la exportación.

Pese a las “ventajas” recibidas con la eliminación de las retenciones y la devaluación, desde hace meses en cada parada técnica, según explicaron a Blanco sobre Negro los trabajadores de la empresa, Copetro deja en la calle a algún empleado. Los laburantes lo describen como “despidos por goteo”. Dicen que en los dos últimos años despidieron a media docena de personas, y que la última cesantía ocurrió el lunes. “No somos tan necios como para no darnos cuenta de que hay una política de achicamiento del plantel de trabajadores. Quieren aumentar nuestra productividad a expensas de los puestos existentes, entonces nos extienden la jornada con horas extras y métodos de esa naturaleza. Pero tomamos la decisión de decir basta y desde el lunes, cuando nos enteramos de este nuevo despido, iniciamos un acampe en la puerta de la planta”, explicó a este portal José Luis Marcucci, vecino de La Plata que ejerce de portavoz “para que no caigan represalias contra más empleados”.

Recién esta mañana se acercaron dirigentes del gremio que los nuclea, la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA), que luego de una reunión con los afiliados del sindicato llevaron el reclamo al ministerio de Trabajo provincial. Allí los espera una audiencia cuya fecha aún no fue determinada por los funcionarios de la cartera laboral, pero que , se supone, se realizará en breve aunque nadie espera resultados alentadores.

Por eso los trabajadores armaron un campamento donde reciben ayuda de comisiones internas de fábricas de la Región, que acercaron además de expresiones de solidaridad, algo de apoyo material.

“Además de querer mejorar nuestra productividad extendiendo la jornada laboral, nos quitaron media hora que teníamos para almorzar, y la presión es cada vez más fuerte”, señaló Marcucci mientras era entrevistado por Blanco sobre Negro y de fondo se oían sirenas que acompañaban los cánticos del grupo que protestaba frente a la entrada de la empresa.

Por ahora Sergio Guillermo Xavier mantiene esperanzas, como sus compañeros, de que Copetro revise la medida y sea reincorporado. “Para eso necesitamos que este lento pero persistente proceso de achicamiento con despidos se haga visible”, explica Marcucci, mientras acompaña con palmas el ritmo de las canciones que sus compañeros lanzan al viento, frío y húmedo, que viene del río. “Ojalá el gremio se ponga las pilas y haga algo, por lo menos, esta vez se acercaron y pidieron una audiencia. No sabemos qué va a pasar, pero los 80 trabajadores de Copetro, todos, pero todos, vamos a pelear hasta que los responsables de la empresa corten con los despidos y reincorporen a Guillermo”, concluyó el delegado de base.