En el lugar se secuestraron jaulas con un total de 110 ejemplares, un ring ovalado con manchas de sangre, 35 picos de metal, dos púas de acero, 11 guantines, 18 bozales de cuero, un cronómetro y gran cantidad de frascos con sustancias medicinales. Las competencias tenían lugar todos los fines de semana, feriados y en fechas patrias.

En diálogo con Radio Provincia, el fiscal a cargo de la causa, Álvaro Garganta, aseguró: “Estamos cada vez más sorprendidos por esta red, por este manejo ilegal que hasta a veces se ubica en Facebook porque todo estos se inició a raíz de documentación que se obtuvo a través de Factbook. Uno no termina nunca de investigar y de sorprenderse con los alcances que tiene este sistema”, añadió.

Investigadores aseguran que esta actividad ilegal, pero muy arraiga en la cultura rioplatense, ha tenido un resurgimiento en la última década. En el Conurbano ya se desbarataron varios galpones convertidos en gallódromos, gracias a las denuncias de las asociaciones de derechos de los animales y de particulares.
 
En octubre de 2013, la policía había descubierto 80 aves de pelea también en Abasto (167 y 520) y una pista especialmente preparada para hacerlos pelear. Los investigadores se sorprendieron al ver las dimensiones de las instalaciones que albergaban competencias todas las semanas.

Consultado sobre el dinero que se maneja en este circuito, Garganta comentó “Es muy difícil el cálculo, pero estimamos por cuestiones que estamos investigando que es grande porque todo lo que se encontró alrededor de estos gallos es costoso”. Se calcula que cada gallo tiene un valor de unos 4 mil pesos.

“La riña de gallos es espectáculo cruel y sangriento”, aseguró el fiscal y agregó que “todo evidencia que este tipo de prácticas tiene ramificaciones de todo tipo”.