martes 19 de marzo de 2024 - Edición Nº -1931

Información General | 28 nov 2013

La pelea que se viene

La CGT de Moyano rechaza las medidas del Gobierno para controlar la inflación

El titular de la CGT disidente, Hugo Moyano, declaró que no va a aceptar topes en los aumentos salariales. El Gobierno, por su parte, quiere limitar los alcances de los incrementos de sueldos para el año entrante para frenar el alza en los precios


El nuevo gabinete que acompaña a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, parece estar dispuesto a dar pelea al alza de precios en la economía.

La inflación, entendida como el aumento sostenido y generalizado del nivel de precios, conocida, también, como el “impuesto de los pobres” se ha convertido en el tema central a resolver del nuevo equipo económico, con el ministro Axel Kicillof a la cabeza.

Algunos rumores indican que el Gobierno junto al Banco Central de la Republica Argentina están analizando reducir la emisión monetaria al 15 por ciento anual. De esta manera, esperan controlar paulatinamente la inflación al bajar la oferta de dinero circulante en la economía.

Asimismo, entre las políticas ha implementar por el Gobierno se encuentran la reducción del gasto publico a través de la quita de subsidios a los sectores de altos ingresos en el tema energético, fundamentalmente. En paralelo, se busca aumentar la oferta de bienes y servicios mediante el estímulo a la inversión empresarial con créditos blandos.

El Poder Ejecutivo también piensa en poner tope a los incrementos salariales en las negociaciones paritarias de manera que ningún sindicato obtenga para sus afiliados un incremento superior al 18 por ciento anual.

Obviamente, esta medida ya generó rechazos en algunos gremialistas que temen perder el apoyo de sus bases sino logran incrementos salariales que permitan aumentar sus sueldos reales, disminuidos por la inflación de este año.

El titular de la CGT disidente, el camionero Hugo Moyano, declaró que no va a subordinarse a las limitaciones en las paritarias dado que el poder adquisitivo de sus representados ha bajado notablemente como consecuencia de la inflación: “La CGT no va a aceptar ningún tope exigido por el Gobierno. Me molesta la hipocresía de decir que cambian las cosas y no cambian nada”, recalcó el sindicalista ex amigo del Gobierno.

Reducir la oferta de dinero implica dar importancia a la teoría monetarista de la inflación, para la cual la misma se origina como producto del incremento de la emisión de dinero que no va acompañado por un aumento en la producción de bienes y servicios. Entonces, la gente tiene más dinero para gastar y en la economía existe la misma cantidad de productos. Como consecuencia, aumentan los precios para lograr un equilibrio económico.

La iniciativa de colocar topes en los incrementos salariales también debe leerse en función de otra teoría económica que explica el proceso inflacionario desde los costos de las empresas.

Para estos teóricos, cuando suben los precios de los insumos de alguna compañía, como pueden ser los salarios, los empresarios lo trasladan inmediatamente al precio que abona el consumidor. Esto genera un círculo vicioso porque al tiempo los empleados vuelven a pedir paritarias.

Lo mismo se originó con la crisis del petróleo en 1973 cuando los países de la Organización de Productores de Petróleo decidieron incrementar el valor de los barriles ocasionando una inflación mundial.

En pocos meses más comenzarán en todo el país la discusiones paritarias y en ese momento se sabrá si el Gobierno Nacional pudo cumplir con uno de los objetivos previstos para dar pelea a la inflación de precios.

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