viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Información General | 6 sep 2016

Teatro Argentino

Tres últimas funciones de "Così fan tutte", ópera bufa con música de Wolfgang Amadeus Mozart

Con dirección escénica de Rubén Szuchmacher, este viernes 9 y sábado 10 de septiembre, a las 20.30, y el domingo 11, a las 17, en la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de La Plata se realizarán las tres últimas funciones de "Così fan tutte", ópera bufa con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte, que cuenta con la dirección escénica de Rubén Szuchmacher.


En esta conocida obra del repertorio operístico, estrenada en 1790, el incomparable talento musical de Mozart se conjuga con el “drama jocoso” del libreto en italiano de Lorenzo da Ponte –quien ya había colaborado con el compositor en Las bodas de Fígaro y Don Giovanni – que plantea una suerte de graciosa comedia de enredos en torno al tema del intercambio de parejas.

Szuchmacher ubica la puesta que se verá en el Teatro Argentino en el siglo XX, en la década del 50. “Una buena época en la que todavía es posible pensar que hay muchachas casaderas que quieren a sus novios, pero que al ser seducidas por unos extraños en un plan elaborado en parte por un extraño filósofo de café y en otra parte por una camarera, mueren de amor por ellos, aunque a veces tengan culpa por dejar a sus novios que parten de manera mentirosa a un campo de batalla ficticio. Cambios de identidades, juegos de ocultaciones y manipulaciones emocionales bien propias de una época en la que todavía la introspección no era lo habitual y las convenciones sociales aún no habían sido puestas en cuestionamiento”, según explicó.

La dirección musical está a cargo de Rubén Dubrovsky (los días 9 y 10) y Natalia Salinas (el 11). El Coro cuenta con la preparación de Hernán Sánchez Arteaga, la escenografía y el vestuario le corresponden a Jorge Ferrari y la iluminación a Gonzalo Córdova.

El reparto estará constituido por Carla Filipcic Holm (9 y 11) y Daniela Tabernig (10) como Fiordiligi, Mariana Rewerski (9 y 11) y Florencia Machado (10) como Dorabella, Gustavo De Gennaro (9 y 11) y Santiago Bürgi (10) como Ferrando, Michel de Souza (9 y 11) y Alejandro Spies (10) como Guglielmo, Héctor Guedes (9 y 11) y Luciano Miotto (10) como Don Alfonso y Marisú Pavón (9 y 11) y Cecilia Pastawski (10) como Despina.

FICHA

> Ópera Così fan tutte, ossia La Scuola degli amanti (Así hacen todas o La escuela de los amantes)

> Música de Wolfgang Amadeus Mozart (KV 588) y libreto en italiano de Lorenzo da Ponte

> Funciones: Viernes 9 y sábado 10 de septiembre, a las 20.30, y domingo 11 de septiembre, a las 17

> Elenco: Carla Filipcic Holm/Daniela Tabernig, Mariana Rewerski/Florencia Machado, Gustavo De Gennaro/Santiago Bürgi, Michel de Souza/Alejandro Spies, Héctor Guedes/Luciano Miotto y Marisú Pavón/Cecilia Pastawski.

> Teatro Argentino de La Plata. Sala Alberto Ginastera

> Entradas desde $ 70, disponibles en la boletería del Teatro, de martes a sábados, de 10 a 20, y los domingos, de 10 a 17, o a través de TuEntrada.com, Tel. 5533-5533 (Capital Federal) y acceso a Internet a través de: www.tuentrada.com/teatroargentino. Hay descuentos y promociones destinadas a jubilados, pensionados, jóvenes, estudiantes, docentes y personas con discapacidad.

Para todas las funciones, salvo la del viernes 9, habrá ómnibus destinados al público de la Capital Federal que partirán desde la Casa de la Provincia de Buenos Aires, Callao 237, dos horas y media antes del inicio de las representaciones. Los pasajes de ida y vuelta tienen un valor de $ 200 y pueden ser adquiridos por medio de TuEntrada.com

> Informes: Tel. 0800-666-5151

Opinión: Sobre esta puesta en escena de Così fan tutte

Por Rubén Szuchmacher

Cuando se piensa en el montaje de una obra clásica (clásica por su permanencia, por su vigencia), no se puede dejar de contemplar su tiempo histórico y las condiciones de producción que determinaron su creación.

Pero eso no alcanza para llevarla a escena. Cuando se pretende hacer una ópera que no sea un estreno, además del material original –que sólo existe en la partitura y algunas imágenes de época – también habitan en ella todas las versiones que antecedieron a las que se realizará.

Cuanto más se ha puesto en escena una ópera (o una obra de teatro o un ballet, lo mismo da), es bien necesario dar cuenta de todas las versiones que se acumulan de manera imperceptible entre sus pliegues. Descartada la idea de una antropología escénica, absurda por todos los costados porque no hay nada que pueda hacernos pensar que estamos en ese tiempo que pasó, la tarea que se nos impone es revisar los recorridos que ese título ha realizado desde su estreno hasta el día anterior a comenzar el primer ensayo.

Così fan tutte, del dúo Lorenzo Da Ponte y Wolfgang Amadeus Mozart, es una de esas obras largamente transitadas en el repertorio de la mayoría de los teatros de ópera del mundo. En su interior se acumulan miles de versiones distintas, con trajes de época o con vestuarios actuales, con espadas de soldados o con tablets, con camafeos o magazines. Todas son válidas pues intentan reactivar la fuerza del estreno de la obra. Algo imprescindible para que algo esté bien vivo.

A la hora de pensar en cómo poner esta ópera, en un teatro en concreto, en un tiempo determinado, apareció en mí la necesidad de salir del tiempo de época original, pues no suelo confiar mucho en cómo en esta zona del planeta se puede representar un Siglo XVIII con verosimilitud, pues no lo tenemos en nuestra iconografía (obviamente no deja de ser una opinión muy discutible, por supuesto).

A partir de esos puntos de partida, imaginamos con el equipo compuesto por Jorge Ferrari y Gonzalo Córdova, un espacio-tiempo muy reconocible para el espectador contemporáneo.

Los finales de los años ’50 es un buen tiempo para ubicar esta comedia, que a veces no lo es tanto. Una buena época en la que todavía es posible pensar que hay muchachas casaderas que quieren a sus novios, pero que al ser seducidas por unos extraños en un plan elaborado en parte por un extraño filósofo de café y en otra parte por una camarera, mueren de amor por ellos, aunque a veces tengan culpa por dejar a sus novios que parten de manera mentirosa a un campo de batalla ficticio. Cambios de identidades, juegos de ocultaciones y manipulaciones emocionales bien propias de una época en la que todavía la introspección no era lo habitual y las convenciones sociales aún no habían sido puestas en cuestionamiento.

También esta versión rescata en un escenario inmenso como es el del Teatro Argentino, su condición de ópera íntima. Sólo seis personajes, un coro pequeño, circunstancial. Un ámbito único, estable, prácticamente vacío la mayor parte del tiempo, en el que los personajes están perdidos en las alternativas del amor.

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