Se sabe desde hace años que Carlos Castagneto quiere ser el Jefe Comunal de La Plata. También, que maneja una relación equidistante entre el oficialismo municipal y los grupos ultrakirchneristas, es decir, que tiene juego propio, aunque cuide las formas, y la relación con el bruerismo sea discreta.

Castagneto soñaba con seguir el mismo recorrido que Mauricio Macri: instalarse entre la sociedad platense a partir de su gestión en el club, y desde ahí pegar el salto a la intendencia.

Cualquier avezado político local conoce las dificultades para hacerse público en La Plata. Pocos dirigentes tienen imagen negativa: el problema es que la gente no los conoce, no es que los rechace, directamente entra al cuarto oscuro poniendo la boleta con algún apellido que pueda por lo menos reconocer.

Castagneto no estaba “obligado” a sacarlo campeón a Gimnasia. Simplemente administrarlo bien. Quería poner a un hombre de su confianza para ser “el tipo fuerte de la gestión”, como dijo a sus íntimos.

Claro, por la derrota nunca se pudo develar quién habría sido esa persona. Algunos creen que su propio hijo, dado que el ex arquero delega en él todo lo importante de su vida pública. No confía ni en su propia sombra.

La derrota dolió, también, porque en su entorno había gran expectativa y confiaban en ganar. “Movilizaron a casi 500 empleados estatales, de distintas reparticiones, sobre todo de Desarrollo Social de la Nación, pero a los cooperativistas no”, explicó a INFOBLANCOSOBRENEGRO un prominente hombre de Gimnasia que supo tener diálogo con él.

“Tengo 5 millones de pesos disponibles para lo que necesite”, decía el ex arquero, según la misma fuente, cada vez que amagaba con presentarse de candidato en Gimnasia. No se sabe, efectivamente, cuánto gastó, pero algunos aseguran que fue mucho más que esa cifra.

Se notaba la gran inversión económica que realizaba en la profusa publicidad callejera y en las redes sociales. Todo Kolina (la organización que lidera la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner y que lo tiene a Castagneto como segundo responsable) le dio una mano como pudo.

Los afiches se hicieron en una imprenta de un militante de ese espacio político, que suele hacer la cartelería de los actos kirchneristas del espacio de Castagneto, notorio por los colores verdes.

Pero tampoco eso alcanzó. La sombra de Juan José (“El Tuerto”) Muñoz recorriendo los pasillos del club, con su estilo bon vivant, de nuevo rico, aventurero y oscuro, que vació y fundió a Gimnasia, le jugó en contra.

“Castagneto era visto como un gran aportante, como lo fue Muñoz hasta ser presidente, pero se parecía demasiado al “Tuerto”, tenían historias con muchas cosas similares, y eso le jugó en contra también", dice un militante de Kolina que lo acompañó en la aventura por la presidencia gimnasista.

Cuando ya el resultado estaba puesto, cuando ya se sabía que Daniel Onofri era el nuevo presidente del club, Castagneto dijo a los suyos que esperaba (sic) “El llamado de Onofri para felicitarnos y convocar a la unidad por Gimnasia”. Un poco más cerca de la racionalidad, Onofri habrá esperado que su rival lo llamara a él para felicitarlo, como es lógico acá, en China y también en la sede de calle 4 entre 51 y 53.