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Información General | 29 sep 2016

Opinión

Hay que cambiar, para que no hablemos de la Defensoría Ciudadana cada cuatro años

Por Henry Stegmayer, ex diputado socialista y presidente de la asociación Consumidores Responsables


Estamos ante la elección de un nuevo Defensor Ciudadano, en nuestra ciudad, y por ello en estos días se vuelve a hablar de esta importante institución.

Y es así, de la Defensoría del Pueblo Nacional, en nuestra ciudad se habla cada cuatro años, porque se pone en marcha el proceso de selección del nuevo titular, y por ende distintas personas en forma individual, partidos políticos y organizaciones sociales, proponen nombres que consideran son los más adecuados para ocupar dicho lugar.

Pero nada se dice o se discute acerca de para qué existe esta institución en nuestra municipalidad, porque desde hace muchos años los inquilinos circunstanciales del Palacio de calle 12 han intentado que quien se haga cargo, sea una garantía de que no va a investigar el actuar ilegitimo, discriminatorio, irregular y/o arbitrario por acciones u omisiones de la administración municipal; ni controlar si los servicios que el municipio debe prestar por sí o por concesiones a terceros privados, se cumplen de acuerdo a los pliegos de la licitación; ni defender a los consumidores ante los atropellos que diariamente sufren por la voracidad de empresas de celulares, medicina prepaga o de los hipermercados.

Tampoco ha interesado a los anteriores gobiernos municipales, que el ombudsman elegido cumpla con la más básica de las actividades que debería realizar un defensor popular, como es hacer docencia, con una clara y masiva difusión de los derechos que los habitantes de esta ciudad tienen en su vida diaria, ya sea en su rol de contribuyentes, inquilinos, comerciantes, consumidores o todo aquello que provenga del ejercicio pleno de la ciudadanía.

Entonces, la Defensoría Ciudadana, desde su creación en el año 1992, – salvo honrosas excepciones como el primer mandato o la gestión de Luis Malagamba, ha ido desapareciendo de la vida cotidiana de los platenses, de la agenda pública y política, llegando a ser una oficina más en todo el entramado burocrático de la municipalidad.

Sin presupuesto, sin personal, sin recorridas por los barrios, sin una página web moderna y eficaz desde donde informarse o denunciar irregularidades, sin utilizar las redes sociales que permiten agilizar contactos, difusión y realizar consultas; en conclusión, una cáscara con mucho potencial, pero vacía de contenido.

El que se acerca hasta la oficina tal vez pueda iniciar un expediente o sacarse una duda, muy lejos de lo que debería ser una Defensoría activa, que atienda en las Delegaciones Municipales, que salga a buscar a los vecinos para que consulten, denuncien o conozcan sus derechos.

Como decía más arriba, nada hace pensar que esto pueda “cambiar” en este nuevo proceso de selección que se inicia, ya que no se está planteando un cambio de la Ordenanza que se traduzca en un fortalecimiento de este órgano de control, brindándole un verdadero presupuesto que le garantice un funcionamiento autónomo, creando nuevas Defensorías Adjuntas y otorgándole funciones claras a desarrollar. Más bien todo lo contrario, parecería que la idea es elegir en silencio a alguien que siga sin molestar a los que gobiernan.

Y si a esto, le sumamos que dos oficinas municipales que defienden derechos como son la de Inquilinos y de Defensa del Consumidor, están virtualmente paralizadas por la inacción de la actual gestión, dejando a la deriva a los ciudadanos que hasta allí se acercan en busca asesoramiento, acompañamiento y protección de sus derechos, no parece que nada vaya a cambiar.

Junto a un grupo de militantes sociales, presentamos en el Concejo Deliberante algunas ideas para mejorar el funcionamiento de la Defensoría Ciudadana, para siempre, no solo en esta elección, como así también algunas propuestas para las otras dos importantes oficinas municipales.

Todo ello contenido en un Programa de Fortalecimiento de los Derechos del Ciudadano.

Para lograr esto solo hace falta decisión política para otorgar los recursos económicos y humanos necesarios, que garanticen el respeto y la defensa de los derechos ciudadanos.

La pregunta es si esta nueva gestión quiere hacer historia o será una más en la larga lista de intendentes que no quiere que lo controlen, ni defender a sus vecinos.

Veremos. El tiempo nos demostrara cuál es su decisión.

Si solo se decide por alguien que ocupe el cargo o si se jerarquiza la Defensoría Ciudadana y con ello a todos los platenses.

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