La elección del nuevo Defensor del Pueblo quedó envuelta en las negociaciones que el oficialismo se vio obligado a entablar para lograr la aprobación del presupuesto 2017. A pesar de la resistencia interna del radicalismo que pretendía conservar la conducción del organismo, se aprobó la designación de Guido Lorenzino, un dirigente fuertemente identificado con el ex gobernador, Daniel Sicioli, que ahora se muestra cercano al grupo de intendentes peronistas denominado “Grupo Esmeralda”.

La titularidad de la Defensoría del Pueblo se encontraba vacante desde hacía dos años. La misma se cubrió primero con una prórroga del mandato de Carlos Bonicatto y luego con un interinato a cargo del radical Marcelo Honores.

Además el organismo sufrió una modificación en su esquema y se crearon dos cargos de adjuntos generales que fueron repartidos entre el massismo con Walter Martello y el kirchnerismo que todavía no definió quién lo ocupará.

Además, en la Secretaría de Derechos Sociales fue designado Jorge Eduardo “Cholo” Ancona, del Movimiento Evita, y como adjunto de derechos humanos y consumidores, el saliente defensor, Marcelo Honores.

El Defensor del Pueblo es un órgano de garantía, unipersonal, autónomo e independiente, que promueve los derechos individuales y colectivos de los habitantes de la provincia de Buenos Aires y quienes se encuentren en tránsito por ella.

Así mismo, debe controlar a las instituciones y funcionarios/as de gobierno para el cumplimiento de sus deberes y el respeto de la Constitución y las leyes, ejerciendo la magistratura de opinión y persuasión no a través de la confrontación sino de la colaboración crítica.