En diálogo con Blanco sobre Negro, la persona baleada, que pidió reserva de su identidad, relató: “Quisieron entrar a la plantación y me pegaron un tiro en una pierna. Varias veces se quisieron meter a robar”.

“Ayer ni los vi, me acerqué porque ladraban los perros y me dispararon desde el paredón. Creo que esta vez vinieron directamente a ajusticiarme”, agregó.

“Con la policía nunca tuve problemas, en el barrio se sabe porque hace 10 años que tengo este cultivo solidario. Con esta plantación hago productos medicinales para personas y animales con distintas enfermedades”, explicó el cannabicultor.

“Ahora saqué todo porque corro el riesgo de que me vuelvan a robar y me maten o que venga la policía porque tuve que hacer la denuncia”, aseguró.

“Habíamos hecho todos los pasos para conseguir las variedades puntuales que se necesitan para tratar diferentes enfermedades”, explicó el joven y agregó: “Hago cremas para personas, aceites y también hago distintos productos para animales porque también tengo un refugio”.

“Es un cultivo solidario, somos muchas personas las que colaboramos para después compartir la producción. Tratamos casos de epilepsia en humanos y animales, y también tratamientos de dolor crónico”, detalló.

Por último, el cannabicultor concluyó: “Es necesario que se legalice el cultivo de marihuana medicinal para estar protegidos porque corremos doble riesgo, con la policía y con las bandas que se dedican a robar plantas para después venderlas”.