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Información General | 17 dic 2013

Energía para muchos, energía para pocos

Por el mal servicio de EDELAP, crece la demanda de generadores eléctricos

Ante la constante falta de luz en varios barrios de la ciudad, muchos vecinos y comerciantes decidieron romper la alcancía con un grupo electrógeno, y prevenir antes de curar


El 21 de diciembre despedimos una primavera con enorme gusto a verano, para recibir un verano que, ya sabemos, será extremo. En estas últimas semanas, ya sean programados o por sorpresa, los cortes de luz de EDELAP han sido moneda corriente para más de la mitad de la ciudad. Y con el advenimiento del verano, no poder prender siquiera un ventilador podría tornarse insoportable. ¿Qué alternativas existen para poder paliar el calor en los meses que se vienen?

Los generadores eléctricos son la alternativa más usada en los comercios de la ciudad cuando se trata de adoptar un plan B ante la falta de energía. De hecho, con esta intermitente crisis energética, muchos particulares también se decidieron a apostar por un generador, ya sea fijo o portátil: es que no sólo dependemos de la engería eléctrica para la luz y el aire acondicionado, sino también para refrigerar alimentos y bebidas.

Juan José Molfino, ingeniero electrónico, habló con INFOBLANCOSOBRENEGRO para explicar cómo funcionan este tipo de dispositivos, y cuál es la disponibilidad económica necesaria para adquirir uno. “Los grupos electrógenos están conformados por un equipo que genera energía mecánica y otro equipo que convierte la energía mecánica en energía eléctrica. La parte que genera energía mecánica es un motor, puede ser a combustión, a nafta o a gasoil”.

Los generadores portátiles, explicó Molfino, tienen un depósito de combustible menor, en función de la comodidad del traslado. “Los fijos, en cambio, son máquinas muy grandes y muy costosas, difíciles de transportar. Como por ejemplo en un hospital, donde requieren un flujo energético muy grande, y un depósito de combustible muy grande también (alrededor de 1.000 litros) que permite el funcionamiento del generador por varios días”. Mientras esté en automático, un generador fijo sólo se activará cuando detecte una interrupción de suministro eléctrico y dejará de funcionar cuando se restaure la potencia normal.

A la hora de comprar un generador portátil, es importante estar al tanto de las normas necesarias que debe tener cualquier vecino para mantener la seguridad en su casa. “Si uno quiere instalar un grupo electrógeno en su casa, debería cumplir con las normas de edificación y de control ambiental. Si es un equipo chico, nadie va a decir nada, pero si es un equipo grande, generalmente eso impacta ambientalmente; no debe haber ruidos molestos ni gases contaminantes en la propia casa o en las de los vecinos. La norma IRAM/2008, que regula la construcción de grupos electróginos, y la resolución 92/98 de seguridad eléctrica advierten: ‘no deja de ser algo que si uno lo toca mal, puede dañar al usuario’”.

Con respecto a los precios y las conveniencias, Molfino explicó que la única salida ante “los reiterados cortes de luz que venimos teniendo” son los generadores portátiles, con una potencia de entre 1.000 a 17.000 watts, que duran de 5 a 8 horas y cuestan entre 4.000 y 8.000 pesos. Un generador fijo, de uso industrial o para un comercio grande, varía entre los 10.000 y los 25.000 dólares. “Un portátil lo ponés en tu casa y te mantiene un freezer, una heladera, o una bomba de agua. Pero no puede mantener múltiples aparatos al mismo tiempo, ya que carece de la potencia suficiente”. Un comerciante industrial podría tener un generador portátil a modo de emergencia, por ejemplo para resguardar la mercadería, pero haría falta un fijo para soportar la falta de energía debido a un corte prolongado.

Por eso, cuando se trata de “zafar” de un corte de luz en un comercio pequeño o una casa, lo más conveniente es comprar un generador portátil. Como Fabio Etchegaray, dueño de una pizzería en la zona de Plaza Belgrano que, cansado de la ineficiencia de la empresa proveedora, decidió invertir en un grupo electrógeno. “Yo cocino en horno eléctrico, cuando se cortaba la luz, a veces por muchas horas, no podía trabajar ni vender”, explicó Etchegaray. Varios comerciantes vecinos siguieron su ejemplo y lograron, aunque sea por unas horas, mitigar la oscuridad y mantener la cadena de frío en sus productos cuando los sorprendía un corte no programado.

“EDELAP no se hace cargo de las pérdidas, aún cuando el usuario paga todos los meses. Las heladeras se arruinan, las empanadas y productos frescos pierden la cadena de frío y uno no puede recuperar nada”, relata Fabio. Al dueño de la pizzería, el generador le duró mucho tiempo hasta que la inundación lo tapó. Pudo arreglarlo, pero el costo fue alto —al igual que la compra—.

Carlos y Mercedes son una pareja sexagenaria que vive hace más de 20 años en Tolosa, cerca de la plaza Iraola. Hace un mes adquirieron un grupo electrógeno portátil pero sólo pagaron la mitad. “Lo compartimos con los vecinos cuando no hay luz. Ellos necesitan el aire porque su casa tiene techo de loza y siempre hace calor, y nosotros lo usamos para el freezer, más que nada; ponemos todo lo de la heladera ahí y esperamos a que vuelva la luz”. El equipo les costó 7.000 pesos en total, y todavía están pagando las cuotas. “Lo pensamos mucho antes de decidirnos, pero nos dimos cuenta de que realmente era necesario e invertimos en eso” explicó Mercedes.

Es que, en realidad, sólo algunos sectores con un poder adquisitivo mediano y alto pueden conseguir estas herramientas, aún ahorrando. Quienes no pueden invertir, deben contentarse con linternas led, comunes y velas. Y mientras que algunos ahorran energía encendiendo el aire acondicionado en momentos determinados (o utilizando artefactos electrónicos una vez al día) otros consumen sin recaudos, haciendo colapsar un sistema que, como se comprueba todos los días, es más que precario.

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