martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº -1959

Información General | 15 ene 2017

Los vecinos no soportan más la ola de robos

A plena luz del día dejó el auto en su casa de Gonnet y le robaron una rueda: hablan de "zona liberada"

Ayer Matías Losada tenía ganas de salir a correr un rato por las calles del barrio donde vive, Villa Castells. Por eso, cuando regresó a su vivienda en horas del mediodía dejó el vehículo de la familia estacionado en la vereda. Al regresar media hora después descubrió que le habían robado una rueda que ahora le saldrá 10 mil pesos reponer. Pero lo más curioso es que justo pasaba un patrullero: "No vimos nada", le dijeron como premio consuelo.


La ola de asaltos en ese barrio de la zona norte de La Plata tiene a los vecinos con los pelos de punta. A la esposa de Matías, que vive en 504 entre 10 y 11, hace un año le robaron en el mismo lugar – también a plena luz del día – un Peugeot 207. Y para completar el derrotero de la familia Losada, hace tres meses una banda de ladrones entró a la vivienda familiar y le robó todos los objetos de valor que pudieron llevarse. Esa vez sí: era de noche.

“En casi todas las casas de la zona pasamos situaciones muy feas por el delito. A mi vecina, por ejemplo, se le metieron en el parque con una moto y si no fuera porque la señora que limpia llegó a trabar la puerta, no sé qué hubiera pasado”, relata Matías.

Otros vecinos del barrio que dialogaron con Blanco sobre Negro dicen que “es seguro” que “la policía sabe quiénes son”, porque, alegan, “los que roban se mueven con una impunidad muy sospechosa”.

“Cuando hacemos reuniones con responsables de la Comisaría se frena la ola de delitos, y cuando nos relajamos, dejamos de reclamar y cambian las autoridades, los chorros vuelven a moverse cómodamente. Incluso a los chicos que van al colegio Concilio Vaticano, que está a la vuelta de mi casa, los viven robando: celulares, ropa, cualquier cosa que puedan arrebatar. Y siempre de día”, cuenta Luciana Fortunato, que vive en la esquina de 504 y calle 9.

Lo que más llama la atención en el barrio es la rapidez y la prolijidad con la que se cometen los delitos. Sospechan que “no se trata de una banda de improvisados que roban al voleo”, asegura Marcela Altamirano.

“Eso es peor, porque ni las alarmas de las casas, ni las de los autos, ni todas las medidas de seguridad que tomamos alejan a quienes entran en nuestros hogares o asaltan en las calles del barrio”, lamenta la vecina, y advierte: “Si la policía deja que todo siga igual, uno de estos días lamentablemente vamos a tener que hablar de algún hecho todavía más grave”.

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