viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Información General | 23 ene 2017

La calesita de la Plaza Iraola

Otra vez “La Pituquita”: desconocidos la volvieron a destrozar, a 150 metros de una comisaría

Sus dueños, un matrimonio de vecinos tolosanos, tienen 81 y 71 años. La primera vez que destrozaron la calesita (que está en la plaza Martín Iraola, 2 y 530), vecinos y entidades realizaron una jornada solidaria para restaurarla. Fue el sábado pasado. Anoche un grupo de jóvenes volvió a romperla. Nadie sabe qué pasa con la cámara de seguridad que no registró el vandalismo contra el carrusel, que es un emblema en esa localidad.


Anoche la estupidez volvió a ganarle a la solidaridad. Anteayer, sábado, con esfuerzo, en una jornada calurosa, con mucha voluntad, compromiso, y con fondos propios, vecinos de la Asamblea de Seguridad de Tolosa, integrantes de la JP Evita, miembros de la ONG Iniciativa Ciudadana y otras personas del barrio la habían reparado.

Esta madrugada vecinos de la zona vieron dos autos estacionados frente a la Plaza Iraola, donde se encuentra “La Pituquita”. De acuerdo a sus testimonios, un grupo de seis jóvenes descendió del vehículo y comenzó a romperla indisimuladamente, a golpes y patadas.

Lo primero que intentaron fue hacerla girar al revés, para romper el motor. Después, lo de siempre: arrancar pedazos de madera y cualquier cosa que sirviera para vaya a saber qué. ¿Alguna intencionalidad que no fuera la mera idiotez de producir desmanes? Todavía nadie sabe qué pasa, por qué tanta saña con un juego que usan los chicos del barrio para divertirse un rato.

Lo que tampoco nadie sabe es cómo ninguna cámara tomó registro del vandalismo. La primera vez sí se pudo captar el momento en el que un grupo de cuatro personas rompía el mismo juego, en el mismo lugar, y casi a la misma hora.

Pablo Pérez, de la Asamblea de Seguridad de Tolosa señaló a Blanco sobre Negro que “la cámara está a sólo 15 metros de la calesita”, y que “las llamadas al 911 no tuvieron respuesta”. La oscuridad de la noche, las cámaras que no registran, y los llamados que no son escuchados, son un conjunto de problemas que garantizan, por ahora, la impunidad y el anonimato de quienes provocaron los destrozos.

“Los dueños de la calesita están muy deprimidos”, comentó “El Colo” Pérez a este portal. También informó que se comunicó con autoridades municipales para indagar qué es lo que pasó con los llamados de los vecinos pidiendo que la policía actuara para impedir los desmanes.

Por ahora todo es una incógnita. En primer lugar en Tolosa todos se preguntan por qué se repiten los ataques contra una calesita tan humilde, habiendo otras tantas en La Plata que nadie rompe.

Lo otro, lo más preocupante, es que el acto vandálico desnuda la dificultad para que funcionen eficientemente las cámaras de seguridad y la policía. Podrían haber sido una o más personas las destinatarias del vandalismo, y en lugar de estar lamentándose por “La Pituquita”, en Tolosa se hablaría de víctimas, algo bastante más grave.

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