Desde la aparición en el país del dengue y otras enfermedades, los mosquitos dejaron de ser sólo una molestia y se transformaron en un problema sanitario. El científico del CEPAVE, Juan José García, explicó en diálogo con Radio La Plata FM 90.9 las diferencias de hábitos entre las principales especies presentes en la región.

“Está el marroncito claro que entra a las habitaciones y zumba. De esos siempre hay pocos pero como zumba parece que hay más, después tenemos el trasmisor del dengue, el aedes aegypti, cuyo pico máximo se da en mitad de febrero hasta la segunda semana de abril dependiendo de la temperatura, y que nos van a estar picando de 10 de la mañana a 6 de la tarde sobre todo de la cintura para abajo”, detalló el especialista.

“La tercera especie es producto de las lluvias grandes y que está distribuido en todo el país. No le afecta el frio y depende de las lluvias intensas de campos que se inunden. Nacen millones de adultos y las hembras van a buscar su fuente de alimento sobre todo en las ciudades, y tienen predilección por los humanos”, expresó y agregó: “Ahora estamos en el pico del aedes aegypti”.

Sobre la forma de evitar sus picaduras, García aseguró: “Para las dos primeras variedades lo mejor es tener alambre mosquitero en puertas y ventanas, usar manga y pantalón largo, el uso de repelentes también ayuda”, y destacó la necesidad de limpiar pastizales y zanjas.

Respeto a la especie vectora del dengue, el zika y la chikungunya, el investigador comentó: “El mosquito adulto se desplaza poco. Su traslado en grandes distancias lo logran a través de los recipientes donde dejan los huevos, como los neumáticos cuando son llevados de una ciudad a otra. Los huevos pueden resistir años, aunque el clima frio los limita, pero de a poquito van avanzando”.

“El aegyptis es el único mosquito que se puede eliminar en forma económica. Si se logra concientizar a la población sobre la necesidad de eliminar los lugares de cría se acabarían”, destacó.

En cuanto a la fumigación por parte del estado, el integrante del CEPAVE consideró que es “efectiva si se hace acorde con cada especie, que resurge en distintas épocas del año”, pero que muchas veces “por presión de la sociedad, salen a fumigar de cualquier modo”.

También derribó algunos “mitos” como aquellos que atribuyen a componentes de la sangre la predisposición de algunas personas ser picadas. “Los mosquitos son atraídos por los gases que emite el cuerpo, entre ellos el dióxido de carbono. Las personas con un metabolismo más alto seguramente atraigan más a los mosquitos”, explicó.

Respecto a los repelentes que se comercializan, García expresó que “todas son muy si contienen un porcentaje de DEET de entre el 7 y el 30 por ciento”, y agregó “la crema es un poco mejor, aunque la gente no quiere estar grasosa”.

“El problema es que muchas veces se abusa del uso de los productos y se genera resistencia. Nosotros buscamos métodos biológicos, no creemos mucho en los insecticidas aunque son efectivos en el corto plazo”, concluyó.