A principios de año, se clausuró el santuario del Gachito Gil situado en 33 y 135, en el barrio de San Carlos, luego de considerar que la tradicional ceremonia religiosa y cultural del 8 de enero, con origen en la provinica de Corrientes, puede quedar encuadrada dentro de la denominación de “fiesta clandestina”.

“Unas de las improntas del gobierno de Garro desde que asumió fue la persecución a las manifestaciones artísticas y la clausura de los centros culturales. Remedando una de las debilidades más notorias de la etapa en que Macri fue jefe de gobierno porteño”, criticó Bruera.

“Allí se manifiesta la expresión popular que nos identifica; donde la comunidad se encuentra, disfruta de grupos musicales y de las danzas típicas de nuestras raíces más profundas, como el chamamé", agregó.

“Las clausuras intempestivas que sufren los distintos centros culturales en donde se llevan adelante estas actividades sólo logran fortalecer y crear lazos cada vez más fuertes para defenderla,” sentenció el edil.

El lugar había sido clausurado en primera instancia el mismo 8 de enero pero que personas allegadas al oratorio quitaron la faja y continuaron con la celebración. Luego intervino Control Urbano con una orden de desalojo del “campito” y cierre parcial por “desobediencia”.

“Más allá de que los motivos por los que interviene el municipio en este tipo de eventos no fueron para nada claros, de haber algún inconveniente, se debería resolver en una mesa de diálogo y no con la persecución a la que están siendo sometidos”, expresó Bruera.

“Me parece que poder defender a nuestra cultura, a nuestra tradición, a aquellas reuniones que dan lugar al encuentro de vecinos y que fortalecen nuestras raíces, deben ser protegidas por el estado y no pueden ser, de ninguna manera reprimidas o clausuradas, como ha sucedido todos los días ocho, que son los días cuando la gente se encuentra a venerar al Gauchito”, continuó.

“Yo quiero preguntar dónde está ese famoso diálogo que se proponían cuando hablaban de cambio, si las cuestiones se resuelven con faja de clausura o a punta de pistola a nuestros vecinos, sobre todo a los más humildes”, criticó el legislador.

“Pero cuando se hacen fiestas clandestinas, dicen que no pueden actuar o se mira para otro lado, y por ahí si es una fiesta humilde, se la clausura y se hace bajar todo el poder del estado. Entonces, nosotros solicitamos que el municipio llame a una mesa de diálogo y ayude a los centros culturales donde se venera la figura del Gauchito Gil”, concluyó el edil.