El rumor circuló con fuerza durante toda la semana en el coqueto barrio Villa del Plata, ubicado en la última parte del camino, llegando a Punta Lara.

Ante la versión de que la peligrosa senda sin terminar (llena de fierros afilados, tambores de tierra en los que ya crecieron plantas, luces casi invisibles, y pozos de gran tamaño) se había paralizado, esta cronista se acercó a las oficinas de la Dirección Provincial de Vialidad para hablar con algún responsable.

Luego de un largo periplo terminó siendo atendida por un asesor que confirmó la noticia, pero exigió que Blanco sobre Negro reservara su nombre y función. “Si el día de mañana hay algún muerto van a usar en mi contra el artículo que están escribiendo, y van a perjudicar a esta gestión, así que agradecé que por lo menos te atendí”, concluyó el impresentable funcionario que a cada noche cierra los ojos sabiendo que alguien puede morir en lo que ya se conoce, entre los empleados de la repartición, como “El tramo de la Muerte”.

Así llaman a esos cien metros que parecen una ruta centroafricana luego de algún bombardeo masivo. Se ríen con ese chiste de mal gusto. Hace un mes directamente no se realizan tareas de mantenimiento. Sólo se registra algún movimiento en un obrador ubicado al costado del camino, donde el pastizal aporta algo más de tristeza a la imagen de abandono.

En una nota que publicamos en este portal el 11 de diciembre de 2016, ya advertíamos sobre el avance de esta obra que parece sacada de una comedia negra. Varios choques sucesivos nos habían despertado interés por abordar el tema.

Desde ese entonces estamos intentando que alguien de Vialidad nos dé una respuesta. Parece que el trabajo está a cargo de nadie. Nunca se había visto en la Provincia una obra que no detalle qué es lo que se está construyendo, pero menos aún que parezca ser ejecutada (bueno, ahora paralizada) en la clandestinidad.

¿Qué empresa lleva adelante este negocio?, nos preguntamos. No hay cartel de obra, y en Vialidad bonaerense es un secreto que nadie revela. Habría que rastrear entre los boletines oficiales de los últimos años. Una cosa nadie desconoce en esa Dirección: su director sabe más de fútbol que de estas lides.

Así lo consignó el Diario Hoy: “Mariano Campos es un ingeniero industrial que en su primer encuentro con los profesionales de carrera de la Dirección de Vialidad incurrió en una suerte de “sincericidio”. Palabras más, palabras menos, reconoció que no tenía ningún tipo de experiencia en la construcción de rutas, caminos ni nada que tuviera que ver con la dirección que ocupa”.

Es complicado describir el escenario que debería ordenar algún subalterno de Campos. Las imágenes que acompañan esta nota alcanzan para demostrar la variedad de escollos que debe superar cualquier vehículo para evitar colisionar con los fierros, los tambores, un par de flechas amarillas de comedia de la década del 70, o para evitar impactar de frente contra otro automóvil.

En la recorrida que realizamos este viernes grabamos un video que también muestra el viboreo que deben realizar los autos para seguir de viaje a La Plata (las imágenes están tomadas desde Punta Lara hacia la capital provincial).

En tanto, se suman cada vez más voces de vecinos de Punta Lara que temen que finalmente el peor de los pronósticos se haga realidad. En Villa del Plata un mecánico que también hace chapa y pintura aseguró a este portal que cada vez se incrementa más el trabajo que recibe por colisiones en el tramo de la muerte.

“A mí me genera un negocio bárbaro, pero tengo miedo de que algún vecino de por acá uno de estos días tenga que lamentar por una vida. Sobre todo los fines de semana, cuando los jóvenes atraviesan de noche ese tramo, los accidentes son más graves. Hace poco hubo que trasladar a una chica de unos 30 años en ambulancia, y otro auto terminó sobre el arroyo. Por suerte hasta ahora nadie murió, pero cuando pase, si finalmente alguna vez ocurre: ¿quién se va a hacer cargo de este abandono y de tanta irresponsabilidad” preguntó el vecino.

Compartimos con nuestros lectores una galería de fotografías y el video que muestra cómo cualquier automóvil debe sortear cuidadosamente esos 100 metros no señalizados en una ruta en la que los vehículos superan la velocidad permitida, no hay control de tránsito, carteles ni luminaria.