La historia de la Patria nos reclama como nunca grandeza, humildad y sacrificio. Y aunque oportunistas y pragmáticos, desde el inicio de la lucha, se han subido al proyecto de emancipación para medrar a través de él, nosotros seguimos andando.

La realidad nos ha impuesto desde siempre la búsqueda de compañeros de lucha en lo regional y lo local, porque solos no podemos y sin nosotros no es posible. Porque el resultado de luchar por separado es una derrota de conjunto.
Pero para lograr acompañamiento, urge al interno del peronismo una unidad posible. Es decir que para que exista tal posibilidad es necesaria la unidad de concepción como fundamento de la unidad en la acción. Perón diferenciaba tres niveles para esa unidad de concepción: la doctrina, que es el conjunto básico de valores que un movimiento impulsa; la teoría, que son los mecanismos de selección y capacitación de dirigentes, y los que asume la organización para tomar decisiones colectivas; y las formas de ejecución, que indican las líneas políticas principales de cada área de gobierno.

La afirmación de los ideales compartidos es la única herramienta para no seguir alimentando dirigentes que parecen olvidar que si tienen alguna oportunidad de ganar las elecciones necesariamente va a ser con los votos del campo popular liderado por el pueblo peronista, salvo que pretendan llegar a través del anti peronismo; es la única herramienta para no seguir ignorando a los compañeros, que apoyan con un pensamiento crítico y son dejados de lado con la excusa de ser funcionales al enemigo, para no seguir fragmentándonos y cediendo espacio.

No creemos en la renovación en tanto cambio de lo caduco por algo de la misma especie pero modernizado, ni tampoco en correr detrás de los humores coyunturales o manipulados por los medios. Creemos en los saltos cualitativos como procesos hacia una nueva etapa basada en las convicciones y la adaptación al nuevo siglo y sus categorías.

La formación del espacio SURGE no es una contradicción, sino que nace como la forma que encontramos de expresar una necesidad. Respondemos a la convocatoria de la creación de nuevas mayorías y la unidad de los diferentes espacios del campo popular sin que ello signifique el abandono de la identidad que en ocasiones se ha pretendido imponer como derecho a la participación política. Con este instrumento intentamos responder, desde nuestras posibilidades, a las voces que se elevan desde el llano. Es así que nos hemos constituido en diferentes distritos de la Provincia de Buenos Aires. Con la amplitud responsable para establecer alianzas, teniendo claro quién es el enemigo.

La ciudad de La Plata no es una excepción a nuestros males. Siendo la ciudad de las diagonales, tal vez sea el paradigma de los atajos que lejos de llevarnos a nuestro objetivo, nos llevan a un callejón sin salida. Avancemos en un proyecto popular platense, el tiempo es hoy.

Creemos en el municipio como el estamento del estado más próximo al ciudadano que debe comprometerse activamente en las problemáticas sociales y no ser un mudo delegado provincial.

Hagamos de este momento aciago una fortaleza.