El lunes a las 12.45 del mediodía, Alex estaba en el kiosco ubicado frente a la escuela, esperando para entrar a clases. Un hombre “cabezón y de flequillo” le dijo su nombre, le dijo que era el padre de Bruno y lo invitó a ir a su casa para jugar con el nene.

“Este señor estuvo un rato mirando a los chicos, seguramente escucho el nombre de mi hijo y se presentó como padre de un Bruno, sabiendo que algún amigo se llamaría así. Mi nene le dijo que no, pero el hombre se puso insistente”, explicó Natalia Lobos a Blanco sobre Negro.

“Alex tiene un amiguito llamado Bruno que va a otro colegio y pensó que este señor era su padre pero igual dijo que no porque yo siempre le digo que no tiene que hablar con extraños”, aseguró la madre del chico de 11 años.

Este mediodía, un grupo de padres se reunirán con directivos de la Escuela N° 26 para acordar medidas que disminuyan los riesgos. Una de ellas sería que haya porteras en la puerta y que dejen ingresar a los chicos más temprano para que no queden deambulando por la zona hasta que toca el timbre.

“Cuando me contó me puse muy nerviosa, no caía. Quise estar segura de lo que me había contado, después hablamos con Bruno y la familia que nos dijeron que el padre no había estado en la puerta de la escuela, y otros chicos me ratificaron que Alex estuvo hablando con un hombre a la entrada”, relató Natalia.

Luego de corroborar lo sucedido, la madre radicó una denuncia en la comisaría séptima de Abasto por intento de secuestro. Este hombre, morocho de flequillo le dijo al niño que andaba en camioneta y le señaló una Chevrolet Meriva.

“Un compañerito de mi nene que estaba viendo la situación notó algo raro y se metió para que el hombre lo dejase. Le dijo ‘vamos’ y los dos se cruzaron sin mirar para atrás”, aseguró Natalia y agregó: “Vio que Alex estaba incómodo porque el hombre estaba cada vez más insistente y lo salvó”.

Antes de radicar la denuncia, Natalia acudió a la directora de la escuela pero no obtuvo la respuesta esperada. “Me dijo que no tienen ninguna responsabilidad sobre lo que sucede afuera del colegio, yo sé que es así pero esperaba un poco de comprensión y que se dispusiera a ayudar para que esto no vuelva a suceder”.

“Antes la puerta se abría antes para evitar que los chicos anduviesen dando vuelta por la calle. Después de que el caso tomó conocimiento público porque lo puse en Facebook y muchos padres se preocuparon, la directora me llamó con otra actitud totalmente distinta y muy preocupada”, comentó Natalia.