En una mesa de trabajo realizada a mediados de marzo, especialistas internacionales coincidieron en que el traslado de la elefanta al “Global Sanctuary for Elephants” en Brasil es posible a pesar de la delicada enfermedad crónica que sufre en sus patas traseras desde hace tres años.

Sin embargo, la mudanza de “Pelusa” no es tan sencilla y el riesgo del viaje para la salud del animal es alto. Por eso desde la comuna aseguraron a Blanco sobre Negro que se comenzó a gestionar con la Fuerza Aérea Argentina el uso de un avión Hércules para concretar el traslado que en camión duraría más de 48 horas.

“Los especialistas coincidieron que lo mejor es trasladarla y que ‘Pelusa’ tiene posibilidad de recuperarse. Aunque existen riesgos, lo cierto es que si se queda en el Zoológico no va aguantar mucho tiempo más porque su salud está muy comprometida”, revelaron.

Según pudo averiguar este medio, la gestión para conseguir un Hércules de la Fuerza Aérea es encabezada por el diputado nacional Emilio Monzó que mantiene un diálogo directo con el ministro de Defensa, Julio Martínez.

“Trasladar un elefante no es para nada fácil, se deben conseguir una gran cantidad de permisos tanto en Argentina como en Brasil. Además, también se debe conseguir un permiso especial para usar un Hércules porque se trata de un avión de guerra entrando a territorio extranjero”, detallaron desde la Municipalidad.

Los funcionarios locales ya pidieron asesoramiento y recibieron la buena noticia de que el avión de gran porte podría salir desde el Aeropuerto de La Plata, un acontecimiento que sin dudas será para alquilar balcones. De concretarse, el traslado sería antes de fin de año.

“Hay veterinarios que aseguran que la elefanta no resistirá el viaje, pero los especialistas de afuera consideraron que es la mejor alternativa. La elefanta está en un estado crítico y esta es la única alternativa para que se pueda recuperar”, señalaron.

“Pelusa” padece pododermatitis en sus patas traseras, una enfermedad frecuente en elefantes asiáticos de su edad (50) que han vivido siempre en cautiverio sobre un sustrato inadecuado y sin posibilidad de caminar grandes distancias.

En el “Global Sanctuary for Elephants”, ubicado de Chapada dos Guimarães, en el estado brasileño de Mato Grosso, la elefanta platense podría realizar un tratamiento acorde a la enfermedad y relacionarse con otros animales de su misma especie.