El pedido de recusación contra Garganta había sido presentado semanas atrás por la familia de Emilia Uscamayta por considerar que el fiscal “no garantiza la independencia en la investigación”. En diálogo con Blanco sobre Negro, el abogado Adrián Rodríguez aseguró: “La investigación es paupérrima”.

“Se tuvo en cuenta que vive en el mismo country que el intendente, que hay un lazo de parentesco y que la hermana del fiscal Garganta se encuentra en pleno concurso para ocupar los cargos de jueces de casación que dejaron vacantes Sal Llargues y Piombo”, expresó el letrado.

“Nosotros vemos que esta causa está empantanada por culpa del intendente que no apartó en forma preventiva a los funcionarios implicados. El hecho de haberlos protegido hizo que sea una causa política”, continuó.

La defensa de la familia de la joven fallecida en la pileta de una fiesta clandestina realizada en una quinta de Melchor Romero el 1 de enero de 2016 reclaman el procesamiento del titular de la Policía Local, Sebastián Martínez Paz, el ex oficial Ariel Peña, que efectivizó la orden para que los agentes se retirasen de la fiesta y que también está imputado por pedir coimas a comerciantes a cambio de seguridad, el subsecretario de Control Ciudadano, Roberto Di Grazia, y el ex director de Nocturnidad, Gerardo Gioglio.

Luego del apartamiento de Garganta, el fiscal general de La Plata, Héctor Vogliolo, resolvió poner al frente de la investigación al fiscal Marcelo Romero. “No lo tenemos confirmado. Romero es un fiscal prestigioso pero recientemente se lo vio entregando patrulleros con Garro en Plaza Moreno, algo anormal para un fiscal”, expresó el abogado de la familia Uscamayta que adelantó que “es una posibilidad” que se pida una nueva recusación.

Sobre la culpabilidad de los funcionarios comunales, Rodríguez consideró: “Estuvieron en la fiesta y lejos de fortalecer la presencia del Estado se retiraron. Ellos se excusan diciendo que no podían desalojar a tanta gente pero deberían haber puesto un móvil a dos cuadras para impedir la llegada de más gente, bajar el volumen de la música, poner gente en la pileta y otras medidas disuasivas”.