“El año pasado me reclamaron unos 200 pesos por una tarjeta que jamás había visto”, comienza explicando Matías Alcorta, vecino de Los Hornos que en 2009 había pedido un préstamo personal.

“Como ya había pagado todo, fui al Banco y me trataron bien, preguntaron si quería algo más, dijeron muchas gracias, y me despedí para siempre. Pero era sólo una ilusión. Al año siguiente me llaman por teléfono para decirme que debía la renovación de una tarjeta Visa. Les dije que nunca pedí ni tuve esa tarjeta, y argumentaron que es política de la empresa darles un paquete de servicios a toda persona que se relacione contractualmente con ellos, ya sea por un préstamos personales, hipotecarios, por cajas de ahorro u otras cosas”, siguió relatando Alcorta.

Después de que le dijeran por una línea de reclamos del Ciudad que no se hiciera problemas, Alcorta apareció en el Veraz, y, vaya sorpresa, se enteró que fue por culpa de esos 200 pesos que no debía pagar.

“Llamé y me dijeron que también debo otros 200 por este año, así que llené mi muro de Facebook de malas palabras para esos ladrones, y se comunicaron conmigo otros damnificados, contando cosas similares”, relató el vecino de Los Hornos.

INFOBLANCOSOBRENEGRO dialogó con una persona que se presentó como Jhonattan Loigorri, del sector “Cobranzas”. Loigorri se excusó: “Este banco, a diferencia de otros, tiene como política que se renueven automáticamente todos los productos, está incluido en la letra chica del contrato que los clientes firman”.
“A mí no se me hace imposible pagar lo que debo. Pero por culpa de ellos estuve en el Veraz, y sabemos que hay cientos de perjudicados”, dijeron los vecinos platenses que tomaron contacto con esta Agencia.

En el Banco Ciudad, todo lo que explicaron es lo que informamos en esta nota. “Es política de la empresa” nos dijeron para cerrar el diálogo.

A confesión de parte, relevo de pruebas, explica el dicho. Debemos deducir que es política del Banco Ciudad incluir en la “letra chica” cláusulas que son maliciosas, y que deberían estar prohibidas por la autoridad de aplicación.
Aunque la política comercial de las entidades varía, hay algunas que son inmorales, y lo que más llama la atención es que dirijan sus maniobras contra asalariados de clase media o baja, mientras muestran en sus balances cuantiosas ganancias.

Cuando gfinalizábamos la entrevista con los damnificados, el vocero de ellos, Alcorta, aclara que van a ir a algún organismo público a hacer la denuncia, pero que no tienen muchas esperanzas de que “alguien haga algo”.

Y se despiden con una reflexión: “Esta gente nos hace recordar a aquella frase irónica que algunos adjudican a Bernard Shaw y otros a Bertold Bretch: _Más inmoral que robar un banco, es fundarlo”.

Nicolás Harispe
@nicolasharispe