La causa contra quien en breve tendrá la responsabilidad de conducir a la Policía Bonaerense comenzó en 1992, tiempos en los que la Comisaría Novena de La Plata era señalada por organismos defensores de los Derechos Humanos por la práctica de torturas y diversos ilícitos.

En esos tiempos de pleno reinado de aquella “maldita Policía” Perroni era oficial inspector. Fue trasladado a esa dependencia y asignado a la investigación de una una banda que asaltaba carnicerías.

En el marco de la causa judicial que se armó para investigar el caso hubo allanamientos y detenidos. Uno de los acusados fue imputado, se declaró inocente y luego fue víctima de fuertes torturas para que “dijera quiénes integraban la banda”.

Hubo una denuncia penal por los apremios ilegales que habían seguido a los allanamientos.

Tardó cinco años la Justicia en ordenar la detención de los acusados, entre ellos Perrone y el ex oficial de policía Walter Abrigo, el uniformado más comprometido por la desaparición del estudiante de Periodismo Miguel Bru.

Abrigo fue señalado durante la causa por la desaparición de Miguel como un frecuente y brutal torturador.

“El Perro” Perroni fue preso en 1997 por esa causa. Lo acusaron testigos, pero pudo zafar porque en la rueda de reconocimiento las víctimas no pudieron reconocerlo.

El actual jefe a cargo de la Bonaerense negó haber tenido responsabilidad en la causa en la que se lo imputó, y continuó ascendiendo en la estructura de la fuerza. El año pasado dirigió el Operativo Sol. Ahora llegó a la cumbre de su carrera dentro de la fuerza.