“La situación vial en la ciudad de La Plata no da para más, sobre todo cuando están en riesgo las vidas de las personas. En menos de 18 meses tenemos la lamentable cifra de 157 muertos viales, esto ya es alarmante”, explicó el presidente de “Corazones Azules”, Pedro Perrotta.

“Sólo en el 2017 y de acuerdo a datos de la fiscalía, ya hay 62 fallecidos, es hora de hacer algo y lo primero es reconocer la gravedad de la situación”, expresó.

Según esta ONG, La Plata es la ciudad con más muertos viales del país en relación a la cantidad de su población. En todo el 2016 la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tuvo 109 muertos viales con una población de unos 2.800.000 millones de personas y en La Plata sobre una población de 649 mil habitantes hubo 95 muertos.

“La situación no mejora en la región, si se sumaran la cantidad de muertos viales en Berisso, Ensenada y ciudad Capital el número asciende a 195 a lo largo de 18 meses es decir, casi 11 muertes por mes”, expresó Perrota.

Desde la ONG consideran que “la sucesión de accidentes de tránsito se ha tornado inmanejable y requiere de la adopción de medidas urgentes que vayan, además, acompañadas por campañas de educación y concientización de la población sobre esta cuestión”. En sólo 6 meses hubo más de 1800 choques de vehículos en La Plata.

“Cualquier acción que tienda a reducir los accidentes de tránsito tiene que ser una acción multifacética que debe incluir: una mejora en las características de la seguridad de los caminos y calles, educación y capacitación de los conductores, seguridad en vehículos, contralor y sanciones estándares y campañas públicas”, aseguró el presidente de la organización.

También consideró “esencial” que la Dirección de Educación bonaerense tenga en su currícula la educación vial como materia “como herramienta vital para la sensibilización en materia de seguridad vial, formando desde los niveles iniciales de la educación a la nueva cultura vial”.

“El Estado no posee estadísticas referidas a accidentes viales y es fundamental tener datos precisos porque con la detección de puntos de conflicto en áreas de mayor concentración de accidentes se los podrá caracterizar para actuar en consecuencia. Es decir: planificar para prevenir”, criticó Perrota.

“Hay que tomar a los recursos utilizados en materia de seguridad vial no como un gasto, sino como una inversión que principalmente salvan vidas”, concluyó.