El día en que ahogó a su hija recién nacida, Butti, de profesión nutricionista, había dejado un pequeño escrito en el que pedía perdón por lo sucedido. Según vecinos, fue vista acercarse con peligrosidad al balcón de su departamento. Una tía que vivía en el mismo edificio impidió que se quitase la vida y llamó al 911.

Ahora, la jueza de Garantías Marcela Garmendia dictó el sobreseimiento definitivo de la mujer de 36 años a la que consideró “inimputable” y ordenó que continúe internada en forma transitoria en la Clínica Privada Neuropsiquiátrica, ubicada en calle 6 entre 34 y 35.

Según el fallo de Garmendia, Butti seguirá en dicho lugar “hasta tanto el juzgado de Familia Departamental especializado en la materia tome intervención y resuelva en ese ámbito sobre la incapacidad e internación definitiva”.

La magistrada tomó la decisión basada en el informe de los peritos que determinaron que la mujer “presenta signos y síntomas compatibles con un episodio psicótico agudo de inicio en el puerperio inmediato con riesgo cierto e inminente en función de sus ideas suicidas”.

Los especialistas recomendaron además su permanencia en un régimen de “internación cerrada con estricto control”.

También se conoció que a los pocos días de haber dado a luz, Butti fue diagnosticada en el Hospital San Martín por una “psicosis postparto” y le indicaron un urgente tratamiento psiquiátrico, que la mujer comenzó con un profesional privado.