La orden de detención la dio el juez federal de Quilmes, Luis Antonio Armella, que dispuso un gran operativo con agentes de la Policía Bonaerense, Gendarmería y Prefectura tanto en la sede de la Uocra platense como en su casa de Ensenada. Los oficiales fueron hasta esa propiedad pero el sindicalista no estaba allí. Su abogado fue quien negoció la entrega: a los pocos minutos del enorme procedimiento, Medina entró por una puerta lateral para ser detenido.

A principios de este mes, la fiscal federal de Quilmes, Silvia Cavallo, lo había denunciado por extorsión. Por eso solicitó medidas de pruebas sobre un tiroteo y presiones de Medina, que obligaron al retraso de las obras de la estación del ferrocarril Roca, en la estación Parque Pereyra.

Antes de ser capturado, su mujer, Fabiola García, aseguró que a Medina “le inventaron una causa”. “Nunca lo notificaron de este procedimiento. Esto está mal. Es injusto. Es un armado de causa como en el 2001. Más tarde va a dar precisiones su abogado. Medina estuvo tres veces detenido. Esto ya pasó”, afirmó.

Medina pasó de resistir su detención a entregarse a la Justicia. El sindicalista estuvo atrincherado en la sede local del gremio. Desde allí, amenazó con atacar la Gobernación si era arrestado. “Vamos a defender la causa de los trabajadores constructores y les digo a mis compañeros de la Confederación General del Trabajo (CGT) que hoy vienen por el ‘Pata’, pero mañana vendrán por todo el movimiento”, había arengado.

A medida que pasaron las horas, el escenario cambió y el sindicalista terminó pactando la entrega.

TN