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Información General | 11 oct 2017

La Línea 129 circula sin seguro, una vergüenz

Los Cirigliano y El Grupo Plaza: negocios sucios, colectivos vetustos y funcionarios que no funcionan

Con el juicio a Julio De Vido como telón de fondo, los hermanos Claudio y Mario Cirigliano preparan una audaz maniobra que otra vez les permitiría burlarse de la ley, de la justicia y valerse de vínculos con funcionarios públicos para lograr beneficios como en la década pasada. Mientras, peatones y automovilistas de La Plata permanecen, sin saberlo, indefensos ante el inmenso poder que el clan supo construir, y por lo que se puede ver, sabe mantener.


De acuerdo a lo que pudo averiguar este portal gracias a testimonios de letrados de la secretaría de Transporte, los controvertidos socios que manejan el Grupo Plaza, que tiene asignada una ruta entre La Plata y Capital Federal, y que explota la Línea 129 , preparan una audaz maniobra que no podría consagrarse si no fuera por la eterna connivencia con el Estado. Una alianza que hizo posible la masacre de Once, y cuya fortaleza aún persiste, por lo que pudimos confirmar en base a testimonios y entrevistas.

El objetivo de los Cirigliano es desprenderse de sus empresas de transporte, como es de público conocimiento. Ya se deshizo de los servicios de larga distancia, que vendió a la empresa Rápido Argentino, un cambio de manos que pasó inadvertido por dos razones: en primer lugar, el estruendoso silencio que puede notarse en relación a la empresa. Jugosas pautas publicitarias deberían ser necesarias para tamaño logro. Y en segundo lugar, el juicio por la masacre de Once puso a los hermanos que parasitaron de los subsidios al transporte en la década pasada en otras páginas que las de la revistas de economía.

Se menciona a La Nueva Metropol como una de las posibles firmas que pueden hacerse con la ruta (muy lucrativa, por cierto, y de pésimo servicio también) que une a la capital bonaerense con la ciudad de Buenos Aires y que todavía explotan los beneficiarios de las prebendas que les brindó el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.

Luego de recibir varias denuncias de vecinos y vecinas que fueron víctimas de choques que la empresa Plaza desconoce haciendo gala de todo su poder y su infinita iumpunidad , Info BLANCO SOBRE NEGRO pudo averiguar que los Cirigliano utilizan como aseguradora a una mutual: “Protección mutual de seguros de transporte público de pasajeros”.

Pero desde hace meses esa extraña mutual (que diversas fuentes vinculan a los hermanos subsidados y amigos de Jaime) no paga los daños que las vetustas y malolientes unidades de Plaza infringen a particulares en la ciudad de La Plata. Es decir, circulan sin cobertura, en pleno Siglo XXI. En rigor, usan una cobertura ficticia, una pantalla armada por la empresa.

El modus operandi, de acuerdo a fuentes consultadas, consistiría en dilatar negociaciones y no pagar daños a terceros perjudicados, mientras negocian cómo deshacerse del Grupo Plaza y de la extravagante mutual que supuestamente cubre a la firma.

Tres datos fueron resalatados por una fuente vinculada al gobierno de la Provincia para corroborar esta afirmación.

En primer lugar, y el ejemplo más contundente, es que desde hace meses la empresa incumple con el pago a particulares por los daños que provocan los colectivos de Plaza en La Plata. La maniobra consiste en no remitir “el parte”, o el informe correspondiente de cada accidente a la supuesta mutual aseguradora, y que ésta responda a las demandas particulares alegando que no reciben el informe de la empresa Plaza.

El descaro y la impunidad con la que se manejan cuentan con precedentes, y muchos, ya se comprobó con la masacre del Sarmiento en la que murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas.

Por ejemplo, a comienzos de agosto, una unidad (la 1507), conducida por un chofer de apellido Figueroa, destrozó un automóvil estacionado en calle 4 y 42, un cero kilómetro recién estrenado.

La víctima del choque se comunicó con este portal y detalló el derrotero que comenzó aquél día. “Tuve que enviar mucha documentación por correo a esa mutual con la que dicen que están cubiertos, pero no sólo que es una ‘aseguradora’ bastante trucha, que no tiene una línea activa de teléfono, sino que cuando me apersoné en la mutual, que funciona en la CABA, me dijeron que Plaza nunca había reportado el choque. Peor aún, un empleado me confesó que me convenía arreglar mi coche y hacerme cargo de los costos porque nunca me van a pagar, y me advirtió que Plaza no envía los ‘partes’ de los accidentes, y que están hartos de escuchar reclamos que jamás pueden satisfacer porque los directivos ordenaron dilatar las demandas. También me aseguró que la mutual es insolvente y me insistió para que me hiciera cargo del costo del arreglo que tengo que hacerle a mi coche, que fue presupuestado en 28 mil pesos".

Otro dato que corrobora la versión de que Plaza circula sin un seguro real por La Plata es que desde hace semanas (pudimos confirmarlo con empleados de la empresa que consultamos en la terminal de calle 4 entre 41 y 42) las líneas de teléfono que difunden los Cirigliano están desconectadas, son una ficción, hace rato que no responden a nadie. Ni el 0-800 que promocionan los Cirigliano ni la información que se consignan como teléfonos de contacto funcionan. Se ríen de la gente.

Además, por si faltaba algo para corroborar la versión que diversas fuentes confirmaron a este portal, una mujer perjudicada por un choque ocurrido meses atrás a metros de la Terminal relató el pedregoso camino que tuvo que transitar, y en vano.

La mujer asegura que nadie en la ventanilla de la empresa quiere dar su nombre, por temor a ser sancionado por los directivos, y las autoridades del Grupo Plaza que cumplen funciones en La Plata mantienen un celoso resguardo de sus identidades. Parecen saber la tormenta que se avecina , las maniobras de los Cirigliano, las estafas a las víctimas de los autos dañados, y la posibilidad de que en breve la empresa levante campamento y deje un tendal de perjudicados".

Entretanto, la empresa desoye los reclamos de organismos públicos que canalizan algunas demandas, lo que demuestra que el poder de lobby de los Cirigliano permanece intacto, y la impunidad con la que hicieron negocios durante largos años conserva todo el vigor. Nunca faltan funcionarios que no funcionan, al contrario , eso es lo que sobra.

Y por si esto fuera poco, este portal accedió a otro testimonio que da cuenta de más maniobras que permanecen tapadas por un extraño velo de impunidad: ejemplos sobran.

Hace un mes, una unidad que llegó a La Plata en horas de la madrugada abandonó a los pasajeros en calle 1 y 43, y encima durante una noche de lluvia. Mientras “vaciaba” el micro, el chofer casi golpea a un pasajero que se quejó.

Ese mismo pasajero fue a hacer la denuncia a la CNRT, y cuando contactó a una empleada recibió por toda respuesta: “Le aconsejo que no gaste tiempo y dinero en un reclamo que no llegará a ningún lado", y también la mujer confesó: “Para que se dé una idea, Plaza no está funcionando con cobertura de seguros contra terceros en todo el distrito, aunque en realidad declara a una mutual como aseguradora, pero no paga ningún choque”. Fue entonces cuando comenzamos a elaborar este informe.

Nunca recibimos una respuesta en la terminal de La Plata de parte de directivos de Plaza por una simple razón: se esconden, no dan sus nombres, nadie sabe quiénes son y conservan su anonimato cuidadosamente.

Empleados de otra empresa que también funciona en la Terminal expresaron ante nuestra consulta que “Plaza se convirtió desde hace meses en una firma fantasma, con empleados que venden boletos y choferes que no controla nadie”.

El perjudicado por el choque que mencionamos párrafos arriba, ocurrido en calle 4 y 42 , intentó comunicarse con el chofer que le destrozó el auto nuevo que con mucho esfuerzo logró comprar. Es un empleado de apellido Figueroa, que de puño y letra consignó sus datos en un papel (ver imagen) y desapareció súbitamente. Se habla de que lo trasladaron a la localidad de Ranelagh.

“No me atiende el teléfono, y si llamo desde otro número tampoco responde. Creo que hasta cambió de línea, porque comprobé que efectivamente tenía ese teléfono en el momento en que embistió brutalmente a mi auto estacionado”, relató.

También asegura tener unos 30 testigos que podrían dar cuenta de que el chofer parecía visiblemente cansado. “Rompen los autos porque no tienen mucha capacidad de maniobra para andar en calles tan angostas, y si encima le sumás a eso que no descansan lo que corresponde, y que algunos hasta han sido denunciados por muchos pasajeros por diversas irregularidades, como superar la máxima permitida en la autopista y hasta oler a alcohol, el resultado está cantado”, comentó.

No obstante, en opinión de quien relató ese incidente el chofer de apellido Figueroa, que ahora parece haber pasado a la clandestinidad, se veía muy cansado. Los testigos lo observaron “fuera de sí, muy nervioso y agotado”. Era un viernes a las 20.30.

La víctima se apersonó al día siguiente en la Terminal para hacer la denuncia en la empresa y a la CNRT. Nadie quería atenderlo. Esperó pacientemente al chofer, vio una hora después que se subía a otra unidad, lo encaró, y Figueroa (el colectivero) le indicó: “El lunes andá al barrio El Mercadito que ahí te van a atender”. Nunca más lo vio. En la CNRT no nos pudieron confirmar si además tienen denuncias por acoso callejero. En este caso sería acoso en el colectivo. Muy grave si se comprobara. Da cuenta de un dejar hacer que explicaría parte del desaguisado en el que andan los Cirigliano y su barra de directivos sin nombre ni apellido.

Entretanto, cientos de colectivos circulan a diario desde La Plata hasta Buenos Aires en condiciones deplorables, sucios, malolientes y colmados de pasajeros. Para los usuarios frecuentes es un castigo insufrible tener que utilizar esa empresa. Pero también hay miles de automovilistas, o decenas de miles de peatones que circulan a diario por esta ciudad a merced de lo que hagan los viejos colectivos rojos de los Cirigliano.

Mientras, los organismos públicos miran hacia otro lado. Transitan la huella de Once: impunidad y desidia, con el riesgo de provocar otra tragedia al amparo de un Estado ausente.

Como dato de color basta consignar que hace una semana un joven que sufrió la pérdida de una puerta de su automóvil por un Plaza que circulaba a alta velocidad sobre calle 3, entonces colocó carteles en las inmediaciones de la Terminal que decían: “Si ve venir un Plaza – Línea 129, huya, pueden chocarlo. No estacione en esta cuadra”.

Son relatos cuya trama se repite caso tras caso. Ojalá no haya que esperar hasta otra tragedia para que los Cirigliano y sus agentes locales de identidad reservada den alguna respuesta ante tamaña impunidad y desvergüenza.

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