Por Gastón Crespo, concejal de 1País, La Plata

Los datos oficiales -aún insuficientes para dimensionar la situación – confirman este drama que sufren las mujeres a diario: en la Plata se realizan entre 250 y 300 denuncias al mes por lesiones, amenazas y tentativas de feminicidios. Al mismo tiempo, los delitos contra la integridad sexual, en los que la gran mayoría de las víctimas son mujeres, aumentaron 12,2% en 2016 -un 10% más que a nivel provincial -.

Frente a esta alarmante realidad, lejos de tomar la iniciativa en el debate y la elaboración de políticas para abordar el tema, el Municipio se mostró inactivo, sin una postura definida y, lo que es peor, disminuyó los recursos destinados a esta lucha.

Pero la agresión física no es la única manifestación de violencia de género. La mayor dificultad para acceder a un empleo, la diferencia salarial a igual nivel de responsabilidad, la disparidad en la distribución de las tareas de cuidado del hogar y los hijos, son parte de esta enorme desigualdad estructural que padecen las mujeres a causa de una cultura tradicionalmente machista y patriarcal.

En este aspecto, La Plata también ocupa el podio de la inequidad: según el INDEC, nuestra ciudad tiene el mayor índice de desocupación femenina del país, con un 14,1% frente al 7,4% de los varones. Y este panorama empeora para las mujeres de 18 a 29 años: entre ellas, la desocupación trepa al 31,4% de desocupación, mientras que entre los varones de esa edad es del 15,6%, poco menos de la mitad.

Del mismo modo, la pobreza no es la excepción a la regla de la desigualdad de género: entre el 10% de la población con menores ingresos del país, la mayoría son mujeres (6,8% contra el 3,2% de los varones); mientras que, en el 10% con mayores ingresos, la situación se da justo a la inversa, con el 6,3% de varones y el 3,7% de mujeres.

Como sociedad tenemos una gran deuda pendiente en este tema y son múltiples los espacios donde debemos trabajar para comenzar a revertir esta situación. El quinto Parlamento de Mujeres, que se realizo en el Concejo Deliberante, es un gran ejemplo de ello. Se trata de una iniciativa, que presentamos junto a Maia Luna, de Libres del Sur y desde 2012 convoca a mujeres de partidos políticos, ONGs, movimientos sociales, sindicales y estudiantiles a ocupar las 24 bancas para debatir proyectos en torno a la cuestión de género.

En las escuelas, las universidades, los ámbitos de trabajo, los hogares, las plazas, las calles y en todos los espacios públicos, hablemos del tema, cuestionemos nuestras propias prácticas e ideas y propongámonos cambiar, desde el lugar que ocupa cada uno, la matriz cultural que alimenta esta desigualdad. Que nos una un solo grito para lograr una ciudad contra la violencia de género.