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Información General | 28 jul 2014

Ramón Tarruela

"1914: Argentina y la Primera Guerra Mundial", el libro de un historiador platense a un siglo del conflicto

El editor y profesor de historia recibido en la UNLP lanzó el libro "1914: Argentina y la Primera Guerra Mundial" en el que busca un nuevo enfoque sobre el conflicto bélico al cumplirse un siglo de su inicio. La postura de las clases dominantes, la neutralidad y la cobertura de los diarios de la época son reflejados en este trabajo


A cien años del estallido que dejó más de 9 millones de combatientes muertos, el libro “1914: Argentina y la Primera Guerra Mundial” reconstruye el impacto de la contienda en la Argentina, que por entonces vivía el tránsito entre el régimen conservador y el primer gobierno radical de Hipólito Yrigoyen. La minuciosa investigación del editor e profesorado de Historia recibido en la UNLP, Ramón Tarruella, realiza un enfoque vernáculo sobre el conflicto que marcó el curso del siglo XX.

El autor del trabajo que fue presentado en el Museo del Arte y la Memoria (9 e/51 y 53) señala: "Fue un punto de inflexión en la historia mundial. Como dice Husband, el siglo comienza con el estallido de la primera guerra que pone en crisis todos los valores occidentales que se venían pregonando desde la Revolución Francesa, esta idea de libertad, igual y fraternidad. Esta idea de la ciencia como elemento ordenador de una sociedad es puesta en crisis porque las naciones supuestamente más civilizadas y avanzadas resuelvan sus conflictos por medio de las armas y generando una guerra que tiene como escenario el mismo continente de Europa”.

Sobre su repercusión en Argentina, el historiador sostiene que en 1914 “el país ya estaba inmerso en el mercado mundial. Tenía una relación privilegiada con Gran Bretaña como exportador de materia prima e importador de manufactura y de créditos. Esa cuestión económica y la admiración por parte de las clases medias y altas a la cultura francesa e inglesa predispone a aceptar todos los argumentos de esos dos países sobre la guerra aunque por momento fuesen muy forzados, a veces hasta ingenuos por como justificaban la actitud bélica de esos dos países”.

“Cuando estalla la guerra, Argentina ya era un país cosmopolita que tenía muchas colonias. Ese es un aspecto particular de la relación del país con la guerra. Una imagen común de la época era las personas frente a las pizarras de los diarios leyendo las últimas novedades de la guerra que llegaban por las agencias. Se repetía en todas las ciudades del país”, relata el autor del libro.

En Argentina ya había una gran presencia de inmigrantes italianos y eso produjo, según comenta Tarruela que cuando en 195 Italia entra a la Guerra en favor de los Aliados fuese una “festividad” en todo el país. “Fue un evento nacional apoyado por las comunidades italianas de todo el país. Obviamente los diarios lo cubrieron con mucho espacio porque fue una verdadera convulsión. En las embajadas ampliaron la atención hasta las 10 de la noche porque muchos se anotaban para ir a servir como soldados a Europa”, aseveró el historiador nacido en Quilmes que vive hace años en Villa Elisa.

“En Argentina se había instaurado la Ley Sáenz Peña. Era una etapa e grandes cambios en términos políticos y se avecinaba la etapa radical como representación de otros sectores de la sociedad”, comenta Tarruela y sobre la política neutral del gobierno radical agrega: “Había muchos conflictos internos en la UCR, había radicales pro-bélicos y otros que no. La prensa y los intelectuales estaban más cerca de los Aliados y estar a favor de Alemania parecía muy provocativo”.

“Hubo 3 barcos argentinos hundidos por los alemanes y algunos capturados tanto por los alemanes, como por los ingleses. Eso generó un gran impacto aquí e hizo que muchos se comprometiesen con la guerra desde una postura pro aliada y en otros casos desde el nacionalismo”, expresa Tarruela. De todos modos, Argentina mantuvo la neutralidad durante todo el conflicto aunque esto le supuso fuertes críticas de distintos sectores.

Con respecto a la cobertura de los diarios de la época, el historiador comentó que durante dos años fue a la hemeroteca de la legislatura bonaerense para leer las publicaciones de La Nación, La Prensa y El Argentino de La Plata. “El trabajo fuerte fue para ver cómo se hablaba de la guerra. Lo que más me sorprendió fue la pluralidad de La Nación. Había un corresponsal pro-germánico que no era el de mayor espacio pero si tenía lugar esta voz que era muy solitaria. Porque los intelectuales mantenían una postura de que lo de Francia era una reacción natural al imperialismo alemán”.

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