Este martes por la mañana, los trabajadores de la UEP se concentraron frente a la sede del organismo disuelto recientemente y se movilizaron hacia la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE), ubicada en Avenida 13 y 56, para exigir la reincorporación de los 200 despedidos.

La UEP se creó 1994 con el objetivo de implementar programas y proyectos para el mejoramiento integral de la educación. A partir de 1996, comenzó a construir y reparar escuelas, a proveer equipamiento de mobiliario y diversos elementos. Pese a sus más de 20 años de vigencia, sus trabajadores siempre estuvieron bajo la modalidad de contratados.

A fin de año, el organismo fue disuelto y de los 380 trabajadores sólo fueron reincorporados 180 que dependerán directamente de la DGCyE, aunque seguirían prestando servicio en calidad de contratados, sin reconocimiento de la antigüedad.

En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, el secretario Adjunto de ATE, Carlos Díaz, explicó: “Ofrecieron una reunión para mañana con el subsecretario administrativo de la DGCyE, Ignacio Sanguinetti, pero pretendieron condicionarla a la entrega del edificio. No hay confianza política para acceder a ese pedido luego de una semana en la que se comprometieron a recibirnos y luego se postergaron las reuniones”.

Con respecto a los recontratados, el dirigente gremial explicó: “Fueron recibidos por trabajadores y no por funcionarios y se les ofreció un contrato de locación de obra. Los compañeros nos dijeron que no les reconocen la antigüedad, ni vacaciones, sólo le respetan el salario. Tampoco dejaron ingresar a los delegados para ver en qué condiciones se daba la revinculación”.

Luego de la movilización, los trabajadores realizaron asamblea en la que resolvieron la continuidad de la permanencia pacífica del edificio. El Ministerio de Educación ofreció una reunión pero sólo si se levantaba la medida de fuerza.

Desde la DGCyE emitieron un comunicado en el que defendieron la disolución de la UEP argumentando que “no se puede seguir trabajando sobre esquemas operativos duplicados, lentos, burocráticos que sólo generan incomodidad, desmotivación y falta de respeto en el día a día del trabajo educativo”.

“Desde Educación nos garantizaron que cualquier restructuración sería con todos los trabajadores adentro, sin despidos”, reprochó Díaz.