viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Información General | 6 ene 2018

De la SRT

Difundieron un informe sobre "la situación de varones y mujeres en el mundo del trabajo"

"Como parte de la política de Gobierno Abierto de poner a disposición de la ciudadanía las estadísticas públicas y en línea con la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, este documento - que inaugura una serie de publicaciones con formato de boletín trimestral -, tiene por objetivo brindar información que permita reflexionar sobre la situación de varones y mujeres en el mundo del trabajo, las diferentes condiciones laborales que caracterizan su presencia en él y cómo repercuten éstas en su salud", consigna el trabajo de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT).


En su Primer informe sobre Situación de Género del Sistema de Riesgos del Trabajo, la SRT analiza la situación de género del Sistema de Riesgos del Trabajo haciendo foco en la cobertura, accidentabilidad laboral y litigiosidad en Argentina, y brindando un análisis comparativo entre géneros.

“Como parte de la política de Gobierno Abierto, que tiene por objetivo poner a disposición de la ciudadanía las estadísticas públicas, y en línea con la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, este documento, que inaugura una serie de publicaciones con formato de boletín trimestral, brindará información que permitará reflexionar sobre la situación de varones y mujeres en el mundo del trabajo, las diferentes condiciones laborales que caracterizan su participación en el mismo y cómo repercuten en su salud”, comienza el informe.

Allí se explica: “De los datos publicados en este primer informe, que abarca los primeros tres meses del 2017, se desprende que la población cubierta por el Sistema de Riesgos del Trabajo -trabajadores asalariados registrados -, está compuesta por un 41% de mujeres y un 59% de varones, y que la edad promedio al accidentarse o enfermarse en hombres es de 36 años y en las mujeres es de 40 años”.

Además menciona que “mientras que los puestos cubiertos por hombres se concentran en sectores como la construcción, la minería, la manufactura, el transporte y el agro, donde los riesgos de accidentes y exposición a tóxicos son más frecuentes, las mujeres están representadas en una serie limitada de sectores y ocupaciones relacionadas al sector de servicios, fundamentalmente en sanidad y educación”.

“En el primer trimestre de este año, el 73,7% del total de casos notificados de accidentes laborales y/o enfermedades profesionales afectaron a la población de varones, mientras que el 26,3% restante afectó a las trabajadoras”, agrega el estudio.

Y precisa: “Las estadísticas sobre litigiosidad marcan que de los 26.818 juicios que figuran en el Registro Nacional de Litigiosidad, el 80% de los casos los demandantes son varones, y de éstos, el 99,9% son trabajadores de unidades productivas. En los juicios iniciados por mujeres, el 92% de los casos corresponder a trabajadoras de unidades productivas y el 8% a trabajadoras de casas particulares”.

Por último, hace referencia a que “se puede observar que el porcentaje de casos con secuelas incapacitantes en la población masculina (11%) casi duplica al de la población femenina (6%)”.

Resumen ejecutivo

Cobertura del sistema de riesgos del trabajo

En el mes de marzo de 2017, la población cubierta por el Sistema de Riesgos del Trabajo – trabajadores asalariados registrados-, está compuesta por un 41% de mujeres y un 59% de varones.

El 99,8% de los trabajadores varones se concentra en unidades productivas, mientras que en las mujeres la distribución es diferente: un 88,5% trabaja en unidades productivas, y un 11,5% en casas particulares.

El 67% de las mujeres registradas y cubiertas se concentra en Servicios sociales, comunales y personales. Si se desagrega esta actividad a 3 dígitos, 4 actividades concentran el 57% de las trabajadoras del sistema: Administración pública y defensa (29%) – actividad en la que gobiernos provinciales declaran tanto a trabajadores de la educación, como de la salud y administrativos – , Instrucción y enseñanza (12%) – nuclea a docentes universitarios, un ministerio provincial, y docentes de enseñanza privada-, Servicios domésticos (11%); Servicios médicos y odontológicos; otros servicios de sanidad y veterinaria (6%). Si se considera longitudinalmente la cobertura según la edad de los trabajadores y su concentración en las diferentes actividades económicas, se observa que al comenzar la vida laboral las mujeres tienden a ocuparse en el sector de comercio, restaurantes y hoteles. A medida que avanza la edad se desplazan al sector de Servicios sociales comunales y personales, de tal forma que a partir de los 25 años esta actividad concentra más de la mitad de la población de mujeres registradas, superando el 70% de la cobertura a partir de los 40 años.

En términos generales la población de varones es más joven que la de mujeres, y más heterogénea en su distribución por actividad económica, y a diferencia de éstas, mantienen esa heterogeneidad más o menos constante a lo largo de todas las edades.

Resulta interesante considerar las actividades económicas en las que hombres y mujeres se inician en la vida laboral, en términos de riesgos laborales a los que se encontrarán expuestos:

• el 63% de las mujeres entre los 16 y los 19 años trabajan en el sector de Comercio, restaurantes y hoteles – fundamentalmente en el expendio de comidas y bebidas, y comercios en general – ,

• por su parte el 32% de los varones de la misma edad se concentra en Comercio,
restaurantes y hoteles, mientras que un 12% comienza trabajando en la Construcción y un 18% en Agricultura, caza silvicultura y Pesca. Es mayor la proporción de jóvenes que trabajan en estas actividades riesgosas, que la proporción de varones de más edad.

Sumado a los riesgos propios del sector, su juventud es en sí otro factor de riesgo que los hace más proclives a sufrir accidentes de trabajo, dado que a esta edad no han alcanzado a recibir la cualificación y formación necesaria, ni cuentan con experiencia laboral.

Si nos enfocamos en el aspecto salarial, la brecha entre hombres y mujeres asalariados registrados en el mes de marzo de 2017 alcanza el 19%: mientras que el salario bruto promedio de los trabajadores de unidades productivas es de $24.391, el de las trabajadoras de unidades productivas es de $20.441. En este punto es necesario aclarar que aunque no se encuentra disponible la información salarial de trabajadores de casas particulares, si consideramos las emuneraciones mínimas estipuladas por ley y la concentración de mujeres en esta actividad,podemos anticipar que la diferencia salarial es aún mayor que la observada.
  
Uno de los factores que explican estas diferencias, es la concentración de mujeres trabajando en sectores económicos como Comercio, restaurantes y hoteles y Servicios sociales, comunales y personales: los niveles salariales promedio son de alrededor $16.000 y $20.000 respectivamente. Sin embargo, para poder establecer comparaciones diferenciales que contextualicen mejor las diferencias, deberíamos contar con la ocupación del trabajador dado que la actividad económica del empleador nos permite aproximarnos y pensar la cobertura en términos de riesgos laborales, pero nada nos informa respecto de la tarea específica que realiza el trabajador.

Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales notificados.

En el 1° trimestre de 2017 el 73,7% del total de casos notificados, afectaron a la población de varones, mientras que el 26,3% restante involucró a una trabajadora mujer.

Mientras que los accidentes en ocasión de trabajo explican el 73% de los casos notificados por varones, en las mujeres cobran mayor relevancia los accidentes de trayecto: el 35% de los accidentes de mujeres es in itinere.

La edad promedio al accidentarse o enfermarse en hombres es de 36 años, y en las mujeres es de 40 años: El 77% de los casos notificados de mujeres corresponde a edades entre 25 y 54 años, mientras que en el 75% de los casos en los que el accidentado fue un hombre, las edades iban de 20 a 44 años. Es decir que de la población expuesta masculina, que ya se mencionó que es más joven que la femenina, se accidentan los trabajadores más jóvenes. Mientras que
en la población femenina, los rangos de edad donde más accidentes se producen, coinciden con los de mayor población cubierta.

En los varones se observan desequilibrios entre la participación porcentual de los trabajadores cubiertos y los casos notificados. Se destacan el sector de la Construcción con el 7,2% de los trabajadores cubiertos, y el 13% de los casos notificados; e Industrias manufactureras con el 17,9% de los cubiertos y en 23,5% de los casos notificados. En las mujeres la distribución porcentual de la accidentabilidad laboral por sector económico, sigue en líneas generales la misma distribución porcentual que la cobertura.

Al comparar el promedio trimestral del salario bruto de los trabajadores cubiertos, con el promedio de salario bruto de los accidentados en el mismo trimestre, se observó que los varones y mujeres que se accidentaron o enfermaron durante el 1° trimestre de 2017, percibieron un salario bruto promedio menor al que cobraron los trabajadores cubiertos del mismo sector económico.

Contrariamente puede observarse que los trabajadores más jóvenes – de entre 16 y 19 años que sufrieron algún siniestro laboral, cobraban un salario bruto promedio mayor al que percibían los trabajadores cubiertos del mismo rango de edad. Esta tendencia se invierte en el siguiente grupo etario: a partir de los 20 años los trabajadores cubiertos accidentados o enfermos por causas laborales, cobraban en promedio un salario bruto menor que el que percibía el grupo de trabajadores cubiertos de la misma edad.

El porcentaje de casos con secuelas incapacitantes en la población masculina (11%), casi duplica al de la población femenina (6%).

Durante el 1° trimestre de 2017 fallecieron 152 trabajadores por accidentes laborales: 143 varones (94,7%) y 9 mujeres (5,3%). El 66,7% de los casos mortales de trabajadoras mujeres fue accidentes in itinere, mientras que en la población de varones el 55,2% fue por accidentes de trabajo, y el 44,8% por accidentes de trayecto.

Litigiosidad del sistema

Durante el primer trimestre de 2017 se notificaron un total de 26.818 juicios al Registro Nacional de Litigiosidad. En el 80% de los casos los demandantes son trabajadores varones, y de éstos, el 99,9% son trabajadores de unidades productivas.

En los juicios en los que las demandantes son mujeres, el 92% de los casos son de trabajadoras de unidades productivas, y el 8% de trabajadoras de casas particulares.

El promedio de edad al momento del accidente del trabajador que inició una demanda laboral es de 38,6 años en los varones, y 41 años en las mujeres. Si consideramos las 3 dimensiones de análisis – cobertura, accidentabilidad y litigiosidad-, el promedio de edad de mujeres no varía. La población de varones dentro del sistema de riesgos del trabajo es más joven que la de mujeres – en promedio 40 años- ; tienden a accidentarse los hombres más jóvenes – una media de edad de 36 años-, e inician juicio aquellos que se accidentan a los 39 años promedio.

En el 16,7% de las demandas judiciales de las mujeres, el empleador es un organismo público/sociedad del estado. En los varones este porcentaje disminuye al 9,2%.

Siguiendo la accidentabilidad laboral diferencial de hombres y mujeres, el 32,8% de los expedientes judiciales en los que la demandante es una trabajadora, la contingencia reclamada es por un accidente in itinere, y en el 42% de los casos es por accidentes de trabajo. En los varones las demandas por accidentes de trabajo representan el 56% de los juicios, mientras que por accidentes in itinere el 19%.
Por su parte, las enfermedades profesionales – dentro y fuera del listado- representan el 25% de los juicios en ambos grupos.

Finalmente, los reclamos por incapacidad se incrementan respecto de igual trimestre del año anterior, y representan tanto en hombres como en mujeres, alrededor del 75%.

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