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Información General | 10 ene 2018

Trágico derrumbe de un acantilado

"No hay ningún tipo de señalización", reclamó el papá de la nena platense que murió en Mar del Plata

El lunes al mediodía una familia platense sufrió una tragedia inconmensurable en una playa ubicada en la zona de Camet de Mar del Plata. Una nena de 3 años identificada como Emma Perazzo falleció aplastada por un pedazo de acantilado que se derrumbó justo sobre ella. El padre dio una entrevista televisiva en la que explicó lo sucedido.


Javier Perazzo contó en una entrevista a Crónica TV que habían llegado a la playa con su mujer, Paulina Sottile, y sus dos hijos y decidieron quedarse debajo de un acantilado para tener un poco de sombra. Emma y su hermano de 10 años permanecieron sentados, mientras que su madre volvió al auto para buscar unos juguetes y Javier caminó unos metros hasta el agua.

“Recuerdo que llamé a mi hijo mayor y le pedí que se acerque. En el transcurso que llega hasta mí, escuchamos un estruendo y nos dimos vuelta. En ese momento me doy cuenta de que la tierra y la piedra habían caído en el lugar donde estaba mi nena”, recordó el padre de la niña.

“No teníamos nada para sacar la tierra. Lo hicimos con las manos y las uñas. A patadas. Con lo que fuera posible”, relató Javier que en esas maniobras se quebró una mano.

“No sé cuantos minutos pasaron. Un guardavida vino corriendo hasta el lugar desde 600 metros. Después se acercó un pescador. Haciendo mucha fuerza logramos sacar las piedras que había", explicó.

“Creo que pasaron 15 minutos. Cuando la encontraron, ya no tenía signos de vida. Un guardavidas y su padre se la llevaron cerca del agua e intentaron reanimarla. A los 40 minutos llegó la ambulancia. No sé bien cuánto tiempo pasó. Ellos siguieron reanimándola y se la llevaron al hospital, donde la intentaron reanimar 40 minutos más. Después nos dieron la noticia”, contó Perazzo.

“Es injusto no haber podido tener la chance de hacer algo, de sacarla respirando. Eso me hubiera dado la tranquilidad de que algo más se hizo”, agregó con evidente angustia.

Javier consideró que lo que ocurrió en la playa con su hija “fue una fatalidad y una desgracia”, aunque consideró que se deberían tomar recaudos para que la gente no se siente debajo de los acantilados. “No hay carteles. No hay ningún tipo de señalización”, contó.

“Como estamos acostumbrados en este país, en el que todo es desidia, cuando pasan las cosas es cuando se empiezan a cambiar”, dijo y agregó: "Que esto no quede como la noticia del verano. Espero que el nombre de mi hija cambie algo, que pongan un cartel”.

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