Gran parte del noroeste bonaerense pasó en apenas dos meses de la inundación a la sequía, un cambio que puso en jaque – en la actualidad – a los rindes de los sembrados de maíz y soja.

Las lluvias de los últimos días, si bien fue un alivio a las altas temperaturas y la sequía de los suelos, lejos está de equilibrar el importante déficit hídrico que se observa en los principales municipios agro-ganaderos de la Pampa Húmeda.

En el distrito de Carlos Casares, ubicado a 312 kilómetros de la Capital Federal, la situación de los cultivos, también, preocupa a los productores locales. En ese marco, “este año, la cosecha gruesa no tendrá los buenos rindes que alcanzó en los últimos dos ciclos”, aclaró a Info BLANCO SOBRE NEGRO, el ingeniero agrónomo Gastón Blajean, productor agropecuario y presidente de la Sociedad Rural de Carlos Casares.

¿Cuál es la situación del maíz y la soja, producto del importante déficit hídrico que se registra?

En nuestra zona, al salir de una inundación, con un otoño-invierno muy lluvioso, no se sembró muy temprano el maíz. Sólo unos pocos lotes se cultivaron antes, especialmente, en algunas lomas y en los campos más óptimos. Esos son los que mejores están, dado que han podido sobrevivir gracias al agua contenida en las napas.

En los últimos días, igualmente, las hojas comenzaron a amarillarse. Va a resentirse el rinde. Yo estimo que habrá un 20 o 30 por ciento menos de cosecha.
Respecto a la soja, la situación fue similar. En octubre, se cultivaron los mejores lotes, mientras que muchos productores aguardaron a que se secaran bien los campos. Estos últimos sembrados son los más complicados. Seguramente, van a rendir menos, aunque el camino de la soja es más largo que el del maíz, que para esta época ya tiene definido los rindes.

(Ndr: Carlos Casares, con una población de 22100 habitantes y una superficie de 2446 Km2, es una zona agrícola-ganadera muy relevante, teniendo en cuenta la gran producción y acopio de soja, trigo y maíz. El motor económico de la ciudad Cuna del Girasol Argentino, gravita en torno al sector agro-ganadero; de allí, la importancia de los rindes y la calidad de los cultivos en cada cosecha).

Un informe del INTA menciona que en diciembre en Junín y en Pergamino llovió un 38 por ciento menos que lo esperado históricamente: ¿Hay datos de lo ocurrido en Carlos Casares, al respecto?

Acá nos ayudó mucho que partimos de una situación de napas muy altas. Igualmente, habrá llovido un 30 por ciento menos que lo registrado históricamente en el mes de diciembre.

¿Cómo fue la cosecha de trigo respecto al año pasado, teniendo en cuenta rindes y calidad?

El área de siembre de trigo en el 2017 se resintió respecto al año anterior, producto de las inundaciones. Hay zonas donde se pudo cultivar muy poco trigo y debieron aplicarse en varias oportunidades fungicidas. En algunos campos, llegó a aplicarse hasta tres veces. Esta situación, obviamente, impactó demasiado en la rentabilidad de la cosecha.

Los rindes en general fueron muy buenos, superando las expectativas de los productores en varios casos. La calidad fue muy diversa, pero para lo que se pudo hacer por las inundaciones el balance fue positivo.

¿Cuáles son las expectativas respecto a la cosecha gruesa: ¿Se sembraron más hectáreas que el año pasado?

Respecto a la cosecha de soja y maíz, las expectativas no son tan buenas como las dos últimas. Esto se explica por cómo se sembraron los lotes y por la poca lluvia de los últimos meses. El maíz ya está definido, mientras que la soja falta aún, pero tampoco es muy alentador el panorama.

¿Cuál es la principal urgencia de los productores agropecuarios respecto a la rentabilidad?

El aumento del gas oil y del inmobiliario rural afectó la rentabilidad de los productores porque es dinero que se va y no puede ser reinvertido en el sector agropecuario. La carga impositiva provincial es muy alta. El gas oíl influye directamente en el costo de producción.

La baja de retenciones en la soja: ¿es una buena noticia o no modifica demasiado las cuentas de los productores?

Las retenciones son confiscatorias. Es confiscatorio que te retengan un cereal. Los productores pagan impuesto a las ganancias, inmobiliario, ingresos brutos. Todo el impuesto que te saquen es para que uno sea más competitivo. Por ello, veo con buenos ojos esta medida. Esto permite que haya repercusiones en otros lados de la cadena productiva. Lo importante es que hayan eliminado las retenciones al trigo, girasol y maíz; sino no se podía seguir produciendo esos cultivos.

(Ndr: A los pocos días de asumir la presidencia de la Nación, Mauricio Macri, firmó el decreto 133/2015, por el que eliminó las retenciones al maíz, trigo y girasol, que estaban en 20, 23 y 32 por ciento, respectivamente. Respecto a la soja, que estaba en un 35 por ciento, la bajó al 30. A comienzos de 2018, el Gobierno Nacional decidió que reducirá mensualmente las retenciones al poroto de soja en un 0,5 por ciento mensual, para llegar a diciembre de 2019 con una retención del 18 por ciento).