viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 21 ene 2014

La increíble historia de Roy Sullivan

Sobrevivió a siete rayos y murió por amor

El récord que llevó al Guinnes a Roy Sullivan no fue una búsqueda de reconocimiento, sino una inevitable carga que vivió durante toda su vida y nada pudo hacer por evitarlo: recibió la descarga de siete rayos y sobrevivió a todos


Según estimaciones, las probabilidades de que un rayo caiga sobre una persona son de 1 en 60.000, pero al estadounidense Roy Sullivan le sucedió siete veces a lo largo de su vida, y nunca nadie pudo explicar por qué éste hombre atraía las descargas de tal forma.

El primer episodio tuvo lugar cuando Roy era aún un niño y trabajaba con su padre en un campo de Virginia, donde vivían. Al levantar la hoz con la que segaba el trigo el rayo impactó directamente en ella, aunque no provocó ningún daño en él. Años después, cuando el hombre trabajaba como guarda bosques en el Parque Nacional de Shenandoah, un rayo impactó en la torre de vigilancia y Roy lo recibió en la pierna, aunque tampoco tuvo heridas mayores. En ambos casos se encontraba realizando tareas que van en contra de las recomendaciones para prevenirse de los rayos: utilizar herramientas y estar ubicado en altura.

El tercer episodio es aún más extraño porque Roy se encontraba conduciendo su camioneta, que según los especialistas es una de las formas más seguras para protegerse de las tormentas eléctricas. Sin embargo, y quizás porque el vehículo era descapotable, otro rayo impactó sobre Sullivan y le chamuscó las cejas, además de hacerle perder el conocimiento, por lo que fue una verdadera fortuna que no sufriera ningún accidente mayor.

En 1970, apenas un año después del hecho de la camioneta, una nueva descarga lo alcanzó cuando se encontraba en la puerta de su casa. En este caso sufrió algunas quemaduras en su hombro. Dos años después, también en la oficina de guarda parques, otro rayo ingresó por la ventana hasta su cabeza y le quemó el pelo.

Tal era la predisposición de Roy para recibir estos impactos que había comenzado a generarle problemas sociales, ya que en dos ocasiones las descargas habían caído sobre las personas que estaban a su lado. Pero además, ya se encontraba preparado por si acaso sucedía otra vez y la precaución le fue de utilidad en 1973, cuando también sufrió una descarga mientras conducía pero, según relata la historia, pudo apagar el fuego con la cantimplora que llevaba especialmente para eso.

El siguiente rayo también cayó cuando Roy realizaba algo que no se debe en medio de las tormentas eléctricas: correr por el campo. En 1977 impactó sobre él el séptimo rayo, mientras pescaba en un lago, y el hombre fue hospitalizado con graves quemaduras en el pecho, estómago y piernas.

La historia de Virginia cuenta que Roy había caído en una depresión por los problemas que las tormentas eléctricas le ocasionaban y se había ganado el apodo de “El hombre pararrayos”. Pese a la gran cantidad de rayos que impactaron sobre él, su muerte fue por amor. En 1983, angustiado por un desengaño amoroso, Sullivan se suicidó con su arma reglamentaria.

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