viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº -1941

Información General | 25 feb 2018

Informe

La trastienda del desalojo en el Parque Pereyra Iraola, los grupos de feriantes y la flamante justicia express

El sábado unos 500 efectivos de la Policía bonaerense desalojaron la feria que funcionaba en el inmenso parque ubicado en Berazategui, y que alguna vez fue propiedad de Juan Manuel de Rosas. Info BLANCO SOBRE NEGRO estuvo recorriendo el lugar y dialogó con vecinos y feriantes. En esta nota te contamos lo que nadie explicó sobre ese mercado popular, hijo de la miseria, el desempleo y la marginación social, y que daba de comer a miles de familias semana tras semana.


La historia de la Feria comenzó hace más de una década. Al principio, se instalaron algunos artesanos, carpinteros y revendedores de baratijas muy populares, como , por ejemplo unas inmensas pelotas de goma multicolores o inmensas macetas de barro que podían verse desde la rotonda de Alpargatas.

Eran pocos puesteros que, junto a otros emprendedores, ganaban unos pesos que servían de complemento para sus ingresos familiares. Con ellos convivían quienes alquilaban caballos, algún fotógrafo que ofrecía una “instantánea”, pochocleros, y otras actividades que practican lo que en la argentinidad hemos dado en llamas “buscas”.

Más tarde, al calor de la crisis, hubo más feriantes que comenzaron a ofrecer sus productos. Ese primer grupo de vendedores es llamado, por algunos, como “los más antiguos”, o “los más viejos” , no por su edad, sino por el tiempo que llevaban trabajando en el lugar.

Vale aclarar: no son los únicos que realizaban tareas lucrativas en el Parque: desde hace décadas hay quinteros que cultivan diferentes productos y que han sido reconocidos como propietarios por la Justicia, tras un conflicto que tomó trascendencia durante los años 90 y que fue muy comentado en la Región. Allí se cultivan no sólo hortalizas, también se utilizan algunos campos para la ganadería.

Con el correr de los años, y en la medida en que esa feria popular iba creciendo , se conformaron tres grupos aparte del conjunto de vendedores inicial que mencionamos párrafos arriba.

Uno se autodenomina como “los independientes” , que son puesteros que “hacen la suya”, sin coordinación con nadie ni utilizando organización interna de ninguna naturaleza.

También está el grupo que se incorporó a la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), y un cuarto nucleamiento que se aglutinó en una Asociación Civil llamada “El Molino Irlandés”. Ese conjunto es el que detonó el conflicto que terminó, por el momento, con el mercado en el que confluían vecinos humildes de toda la zona sur del Gran Buenos Aires

La famosa Marcela

Tras el allanamiento del sábado, toda la prensa que dio cobertura sobre el caso mencionó “una extorsionadora” llamada “Marcela”, que, de acuerdo a lo que difundió oficiosamente la Justicia, sería quien habría extorsionado a otros feriantes.

Ideal para esta época de “lucha contra las mafias”: una mujer parasitaria que le saca dinero a gente trabajadora. Y, como suele ser moneda corriente en estos tiempos en los que proliferan desinteresados Eliot Ness para atacar a malvados sin corazón, una denuncia contra la señora en cuestión sirvió para arrasar con todo el resto. Son, como se sabe, épocas de matar hormigas con bombas de napalm, es decir, tiempos violentos, y difíciles.

La denuncia

La afamada coordinadora del sector de feriantes que integraban la Asociación Civil “El Molino Irlandés” le pidió hace más de dos años a algunos miembros (que, según los testimonios serían entre tres y cuatro) que se retiraran del lugar por no cumplir con lo que había resuelto dicha entidad en forma asamblearia. Aclaramos: no estamos haciendo un juicio de valor, sino relatando lo que pasó.

Siempre de acuerdo a lo que dialogaron con Info BLANCO SOBRE NEGRO feriantes del Parque, la ahora detenida principal y acusada de “asociación ilícita y extorsión”, habría reclamado a esos puesteros que cumplieran con el canon que pagaban los feriantes de esa entidad, que oscilaba, hasta hace una semana, entre 200 y 300 pesos, según el lugar en el que estuviera colocado el gacebo en el que ofrecían sus productos.

Esas carpas – gacebos, más la conchilla que mejoró el sector, los palos que delimitaban la zona para que formaran “paseos” o sendas, , los baños químicos y otros servicios eras sostenidos con el aporte de los integrantes de la ONG.

Incluso ese dinero servía para que los aportantes tuvieran, desde el principio hasta el final de cada jornada, sus propias carpas, mesas, y sillas, con el fin de facilitar el trabajo de cada vendedor. En teoría, según afirman integrantes de la entidad, lo recaudado se utilizaba en su totalidad para esos fines.

En un momento, afirman testigos que trabajan en el lugar, la famosa Macela reclamó a los cuatro denunciantes que dejaran libre su sector y se trasladaran a otros espacio por fuera del que ocupaba la Asociación Civil con el planteo de que si no estaban dispuestos a seguir aportando la cuota como los demás, esos gacebos serían destinados a feriantes que estaban en una lista de espera para comercializar sus productos en esa zona “mejorada” gracias al aporte que realizaban a “El Molino Irlandés”.

Como uno de los ferientes que discutieron con la mujer hizo una denuncia en una fiscalía, la Justicia, que suele criticarse por “lenta”, esta vez tomó la fuerza de un Boeing 747.

Lo pudo comprobar una abogada que trabaja en la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires (organismo que recomendó en enero de este año que no se efectuara el desalojo) que accedió al expediente judicial. La letrada pudo acceder a fotografías y a una detallada cantidad de información sobre varios feriantes, entre ellos los del sector de la CTEP. Es política de esa organización promover el no pago de dinero en los lugares públicos, según aseguró a este portal su referente en Berazategui, Matías Aguirre. que, además aparece en varias fojas del expediente judicial.

Esta mañana todos los involucrados en el caso destacaban la sorprendente celeridad con la se avanzó en “la investigación”. Mucho más rápido que las investigaciones que involucran a delitos de guante blanco. Y sorprende tanta pasión por el operativo, y las voces exultantes de gupos de vecinos que estallaron en aplausos por Facebook, pero que nadie puedo entrevistar aunque revisara hasta el rincón más profundo de todo Berazategui, pese a que, no caben dudas, tienen existencia real. Y, de nuevo, mucha pasión por el Parque.

La otra cara de este conflicto que ocupó tanto espacio en las noticias, no aparece muy nítidamente en esos medios. Son esos fieriantes que estaban ayer, y que perdieron. También perdieron cuatro familias muy pobres que destinaban sus precarias viviendas para ganarse unos pesos cobrando a otros vendedores por dejar la mercadería que no podían transportar todos los fines de semana. La policía entró a troche y moche, y arrasó con todo, incluso con las puertas de las casas, y detuvo a los mayores que halló en cada lugar.

También perdieron los miles de vendedores que quedaron sin espacio para comercializar sus productos.

“Fue impresionante. Llegaron, hicieron un cerrojo y no dejaron salir a nadie. Tenemos un video en el que se ve a una delegada de la CTEP forzada por una mujer policía que la agarró, la tiró al piso y la golpeó contra una mesa. Luego estuvo detenida y hace un rato fue puesta en libertad”, relató anoche, muy tarde, a Info BLANCO SOBRE NEGRO Matías Aguirre.

Las especulaciones en torno del desalojo

La versión que más fuerza fue tomando entre los feriantes, que se reunieron esta mañana en asamblea es que el contundente y feroz desalojo no fue una respuesta a demandas vecinales o ambientalistas que se esgrimieron desde distintas entidades para “despejar” el Parque.

Muchas voces coinciden en torno de un rumor que comenzó hace unos meses: la posible explotación de una empresa que está interesada en ese sector del Parque, que es el más accesible desde las vías por las que transitan los autos, es decir, está en el lugar más visible y mejor preparado. El bosque profundo, por el contrario, haría imposible cualquier tarea que no fuera la de juntar mosquitos.

Pero esa posibilidad chocaría contra un acuerdo de financiamiento que estaría pronto a renovarse, y que otorga al Estado provincial la UNESCO, para preservación del medio ambiente. Según la versión, en ese programa del organismo se prohíbe la explotación comercial de las zonas a preservar gracias al aporte del préstamo.

No obstante, otras voces utilizan una contundente afirmación: ya hay desde hace décadas quinteros que están haciendo actividades lucrativas en el Parque. Incluso nadie niega que se alquilan sectores para pastura de ganado, algo fácilmente verificable desde la Autopista que une a la Capital Federal con la bonaerense.

Entonces, ayer y hoy tomó fuerza la versión de que existe un plan para allanarle el camino a alguna empresa con fin de explotar comercialmente el sector. Nada comprobado, pero todo posible. Por lo pronto, no podría esgrimirse como en desalojos de otras ferias que haya existido presiones de alguna cámara de comerciantes formalizados, porque en el lugar había has5a puestos (muchos, según pudimos constatar) donde se vendía ropa usada, y estaban a pocas monedas de pasar al modo canje . Tampoco, desde hace un par de meses se venían alimentos, porque inspectores de bromatología recorrían profusamente el lugar para evitarlo y proteger, de esa manera, la salud de los visitantes.

Conclusiones

Recién mañana habrá alguna novedad judicial sobre la causa. El impacto político y mediático que tuvo el desalojo fue de gran magnitud, no sólo en esta región, sino tambien en distritos del sur del conurbano bonaerense.

En total hay cuatro detenidos, pero la mujer sindicada como “cabecilla” de los pedidos de extorsión es quien más dificultades tendrá para defenderse de las acusaciones que aparecen en la causa penal. También será valioso el testimonio de otros miembros de “El Molino Irlandés”.

Y como corolario, vale decir que, de paso, quedó tierra rasa en un inmenso bosque donde ya hay pequeños chacareros, existe un sector que utiliza la policía bonaerense, y sobra la desidia. Alcanza con recorrer el interior del Parque, allí donde no hay dinero de por medio, para ver al abandono de los ejemplares más añosos, los restos de basura, los caminos – o mejor dicho, las huellas – intransitables, y el Estado ausente desde hace años.

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