viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 10 mar 2018

Con puesta de Rubén Szuchmacher

El Teatro Argentino repondrá en el Roma de Avellaneda la ópera bufa con música de Mozart "Così fan tutte"

El viernes 20 y sábado 21 de abril próximos, a las 20, y el domingo 22, a las 17, el Teatro Argentino de La Plata presentará en el Teatro Municipal Roma de Avellaneda (Sarmiento 109) la reposición de Così fan tutte, ópera bufa con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte, con la dirección musical de Diego Censabella y escénica de Rubén Szuchmacher. Las entradas cuestan 100 pesos.


Con esta producción se inaugurará la colaboración entre el primer coliseo bonaerense, dependiente del Ministerio de Gestión Cultural de la Provincia de Buenos Aires, y esta destacada sala del conurbano que pertenece a la Municipalidad de Avellaneda.

La obra vuelve al escenario luego de haberse ofrecido en las temporadas 2016 y 2017, con gran suceso en términos artísticos por la asistencia de público y las elogiosas críticas de la crítica especializada.

El reparto estará constituido por Carla Filipcic Holm como Fiordiligi, Adriana Mastrángelo (20 y 22) y Estefanía Cap (21) como Dorabella, Pablo Bemsch (20 y 22) y Santiago Martínez como Ferrando, Alejandro Spies (20 y 22) y Felipe Carelli (21) como Guglielmo, Héctor Guedes como Don Alfonso y Marisú Pavón y Constanza Díaz Falú como Despina. El Coro contará con la preparación de Hernán Sánchez Arteaga, la escenografía y el vestuario le corresponden a Jorge Ferrari y la iluminación a Gonzalo Córdova.

En esta conocida obra del repertorio operístico, estrenada en 1790, el incomparable talento musical de Mozart se conjuga con el “drama jocoso” del libreto en italiano de Lorenzo da Ponte – quien ya había colaborado con el compositor en Las bodas de Fígaro y Don Giovanni- para plantear una graciosa comedia de enredos en torno al tema del intercambio de parejas.

Szuchmacher ubica la puesta en el siglo XX, más precisamente en la década del 50. “Una buena época en la que todavía es posible pensar que hay muchachas casaderas que quieren a sus novios, pero que al ser seducidas por unos extraños en un plan elaborado en parte por un extraño filósofo de café y en otra parte por una camarera, mueren de amor por ellos, aunque a veces tengan culpa por dejar a sus prometidos que parten de manera mentirosa a un campo de batalla ficticio. Hay cambios de identidades, juegos de ocultaciones y manipulaciones emocionales bien propias de un tiempo en el que todavía la introspección no era lo habitual y las convenciones sociales aún no habían sido puestas en cuestionamiento”, dice el régisseur.

Las entradas generales tienen un valor de $ 100. Ya están a la venta en la boletería del Teatro Roma (habilitada los lunes, de 12 a 18; de martes a sábado, de 13 a 21, y el domingo 22, desde las 12 hasta el comienzo de la función) o a través de Plateanet (por medio del Tel. 011-5236-3000 o accediendo a www.plateanet.com).

Ópera Così fan tutte, ossia La Scuola degli amanti (Así hacen todas o La escuela de los amantes)

Música de Wolfgang Amadeus Mozart (KV 588) y libreto en italiano de Lorenzo da Ponte

Viernes 20 y sábado 21, a las 20, y domingo 22 de abril, a las 17

Entradas disponibles en la boletería del Teatro Roma o a través de Plateanet.com

Teatro Municipal Roma de Avellaneda (Sarmiento 109)

Sobre esta puesta en escena de Così fan tutte – Por Rubén Szuchmacher

Cuando se piensa en el montaje de una obra clásica (clásica por su permanencia, por su vigencia), no se puede dejar de contemplar su tiempo histórico y las condiciones de producción que determinaron su creación. Pero eso no alcanza para llevarla a escena. Cuando se pretende hacer una ópera que no sea un estreno, además del material original –que sólo existe en la partitura y algunas imágenes de época- también habitan en ella todas las versiones que antecedieron a las que se realizará.

Cuanto más se ha puesto en escena una ópera (o una obra de teatro o un ballet, lo mismo da), es bien necesario dar cuenta de todas las versiones que se acumulan de manera imperceptible entre sus pliegues. Descartada la idea de una antropología escénica, absurda por todos los costados porque no hay nada que pueda hacernos pensar que estamos en ese tiempo que pasó, la tarea que se nos impone es revisar los recorridos que ese título ha realizado desde su estreno hasta el día anterior a comenzar el primer ensayo.

Così fan tutte, del dúo Lorenzo Da Ponte y Wolfgang Amadeus Mozart, es una de esas obras largamente transitadas en el repertorio de la mayoría de los teatros de ópera del mundo. En su interior se acumulan miles de versiones distintas, con trajes de época o con vestuarios actuales, con espadas de soldados o con tablets, con camafeos o magazines. Todas son válidas pues intentan reactivar la fuerza del estreno de la obra. Algo imprescindible para que algo esté bien vivo.

A la hora de pensar en cómo poner esta ópera, en un teatro en concreto, en un tiempo determinado, apareció en mí la necesidad de salir del tiempo de época original, pues no suelo confiar mucho en cómo en esta zona del planeta se puede representar un Siglo XVIII con verosimilitud, pues no lo tenemos en nuestra iconografía (obviamente no deja de ser una opinión muy discutible, por supuesto). A partir de esos puntos de partida, imaginamos con el equipo compuesto por Jorge Ferrari y Gonzalo Córdova, un espacio-tiempo muy reconocible para el espectador contemporáneo.

Los finales de los años ’50 es un buen tiempo para ubicar esta comedia, que a veces no lo es tanto. Una buena época en la que todavía es posible pensar que hay muchachas casaderas que quieren a sus novios, pero que al ser seducidas por unos extraños en un plan elaborado en parte por un extraño filósofo de café y en otra parte por una camarera, mueren de amor por ellos, aunque a veces tengan culpa por dejar a sus prometidos que parten de manera mentirosa a un campo de batalla ficticio. Hay cambios de identidades, juegos de ocultaciones y manipulaciones emocionales bien propias de una época en la que todavía la introspección no era lo habitual y las convenciones sociales aún no habían sido puestas en cuestionamiento.

También esta versión rescata en un escenario inmenso como es el del Teatro Argentino, su condición de ópera íntima. Sólo seis personajes, un coro pequeño, circunstancial. Un ámbito único, estable, prácticamente vacío la mayor parte del tiempo, en el que los personajes están perdidos en las alternativas del amor.

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