Foto: 132 entre 59 y 60 (@LibresdelSurLP)

Otra vez el sector más afectado fue Tolosa y Ringuelet, donde el agua desbordó en sectores de ambas localidades e ingresó en muchas viviendas.

Los desagües fueron el eje de la polémica: hubo vecinos y vecinas que denunciaron que muchos se encontraban bloqueados por ramas o basura, aunque desde el Municipio aseguran que en las horas previas hubo un operativo para prepararlos ante el pronóstico de lluvias intensas que había sido difundido por el Servicio Meteorológico.

Sobre la calle 520 el paso de vehículos generó el habitual “oleaje” que sufren los frentistas cada vez que el agua se convierte en un canal para evacuar el agua que debería encontrar su deriva en las bocas de tormenta.

“Los arroyos están drenando con normalidad, al igual que los desagües pluviales. Tuvimos algunas complicaciones en diversos puntos de la ciudad por la acumulación de agua caída en el lapso de dos horas, lo cual generó algunos anegamientos de calzadas”, expresó el Subsecretario de Atención del Riesgo de la Comuna, Rodrigo Páez.

“La Secretaría de Convivencia y Control Ciudadano trabajó en controlar el tránsito vehicular para evitar que transiten por las zonas más afectadas, y se mantiene activo el operativo preventivo que se montó en las últimas 24 horas con la articulación de delegados y secretarios municipales”, informaron desde la Comuna.

En 514 desde 1 a 7 , empleados de la MLP tuvieron que romper tramos de un terraplén (formado por material de las obras hidráulicas que se están realizando) que tapaba el drenaje de las calles hacia el arroyo El Gato.

Hubo quejas fuertes de los vecinos de la zona, que reclamaron por no haberse previsto que la caída de agua se podía acumular en esa zona de Ringuelet por esa suerte de barrera que tuvo que ser “abierta” en distintos lugares.

Pero no se puede circunscribir el impacto de la tormenta a Tolosa y Ringuelet . En todos lo barrios hubo calles anegadas. Sin excepciones.

Pasado el mediodía ya no quedaban zonas inundadas. La Ciudad comenzó a vivir las horas posteriores a cada fonómeno meteorológico de gran magnitud: quejas, reclamos, imágenes que circulan profusamente con registros de la tormenta, y polémicas sobre el rol de los diferentes organismos del Estado que están relacionados con la prevención y la asistencia ante situaciones de emergencia.

El trauma que dejó la tormenta del 2 de abril de 2013 sigue presente en la memoria colectiva de los platenses, como lo demuestra la polémica que sin excepciones emerge con furia cada vez que hay lluvias intensas en un lapso breve de tiempo.

Durante la semana, es de esperar, la comunidad hará un balance de lo que ocurrió y comenzará, como cada vez, el silencioso e invisible trabajo de reconstrucción en los barrios más pobres, allí donde ni siquiera hay calles para que drene el agua, la asistencia tarda más en llegar, y la miseria se hace más visible que nunca.