viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Información General | 16 ago 2013

A 163 años de su muerte

Opinión: “Robo del sable de San Martín”

La juventud peronista quería demostrar que su movimiento seguía vivo, a pesar de las proscripciones y del exilio de Perón


El asesinato de Vallese no hizo retroceder a la JP. En el mes de agosto de 1963 un comando juvenil “Felipe Vallese” sorprende al país: el robo del sable del General San Martín del Museo Histórico Nacional donde estaba en custodia. “El objetivo era demostrar que el peronismo seguía vivo en las calles”. En 1963, el triunvirato que conducía la JP (Envar El Kadri, Jorge Rulli y Héctor Spina) resolvió que la operación iba a estar en manos de Osvaldo Agosto, Felix Gallardo, Alcides Bonaldi y Luis Sansoulet.

La fecha fue el 12 de agosto. El museo cerraba a las19:30 y solo quedaban en su interior un empleado y un custodio, por lo que los militantes se hicieron pasar por estudiantes secundarios para ingresar fuera de horario y reducirlos con facilidad.

El hecho tuvo una repercusión espectacular y el grupo que se lo había llevado, conducido por Osvaldo Agosto, exigía para su devolución el retorno de General Perón, la libertad delos presos políticos y la devolución del cadáver de Evita. La operación fracasó por la confesión de una persona que conocía el hecho y que cayera presa en otras circunstancias. Pero el efecto había sido logrado.

No se trataba tan solo de una reliquia que se veneraba como su prenda más emblemática. Ni tampoco, diría Borges, “una cosa más entre las cosas, que olvida la vitrina de un museo, un símbolo, y un humo y una forma curva y cruel que ya nadie mira”. Esa espada de origen morisco fue, desde siempre, objeto de honra por parte de los argentinos.

Presidía la República en esa fecha José Maria Guido. Un mes antes, la proscripción del peronismo había permitido el triunfo radical de Arturo Illia. Un año antes, había sido secuestrado y asesinado el militante peronista Felipe Vallese.

Ambos hechos, sumados a la represión, generaron en algunos miembros de la Juventud Peronista la necesidad de dar un golpe de protesta apelando a ciertos símbolos muy fuertes y caros al sentir de la gente. De allí la idea de robar el sable, ya que el peronismo exalta la trilogía San Martín – Rosas – Perón.

Años después el propio Agosto dio detalles del hecho, señalando que no hubo violencia alguna y que luego de llevarse el sable envuelto en la bandera nacional, emitieron un comunicado. Luego de lo cual entregaron la reliquia a quienes a partir de ese momento se convertirían en sus depositarios, los hermanos Aníbal y Gualberto Demarco, en un bar ubicado en las cercanías del Mercado del Abasto.

Antes de llegar al destino final donde fue escondida camino a Mar del Plata, donde otros jóvenes le juraron lealtad, la reliquia deambuló por las calles porteñas. Tomo intervención en el hecho el juez federal Ángel Bregáis, quien adopto las medidas procesales de rigor y pudo detener a Agosto en Núñez, en un sótano lleno de botellas de vino: Había sido delatado por otro integrante de la Juventud Peronista ya detenido, que conocía los planes del robo.

Publicado originalmente en el semanario “Perón Vive”

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