A principios de este año, Info BLANCO SOBRE NEGRO entrevistó a Gastón Blajean, presidente de la Sociedad Rural de Carlos Casares, con el propósito de conocer el desarrollo de los cultivos de soja y maíz en la región del noroeste bonaerense.

En esa oportunidad, el ingeniero agrónomo y productor rural había alertado sobre las mermas relevantes que habría en los cultivos de la cosecha gruesa, por el déficit hídrico imperante que estaba hostigando la zona desde el mes de noviembre pasado.

Cuatro meses más tarde, en momentos en que las trilladoras y los carreros pasan de un campo a otro y de un lote al siguiente avanzando en la cosecha de maíz y soja, los pronósticos se convirtieron en una realidad tangible: los rindes, caerán en un 30 por ciento , aproximadamente, contrastando con los buenos resultados de las dos últimas campañas agrícolas.

¿Cuáles son los primeros rindes obtenidos en la zona? ¿Estaban entre los esperados por los productores?

La soja de primera está rindiendo 3.500 kilos y el maíz ronda los 8.000. Los resultados están dentro de lo esperado, dado que habíamos calculado mermas en ese orden. En cambio, va a caer mucho los rendimientos de la soja de segunda porque algunos lotes directamente se perdieron completamente.

¿Cómo impacta el último aumento de los combustibles en el sector agropecuario?

El impacto se siente en forma directa en el aumento de los costos para la recolección; seguramente, en el corto plazo va a impactar en los fletes.

Las últimas lluvias, ¿están complicando el avance de la cosecha?

En el partido de Carlos Casares llovió muy poco; ni bien mejore arranca la recolección a full, dado que no hay problema de piso.

¿Cuántas son las hectáreas de soja y de maíz para cosechar?

Maíz van cosechando cerca del 50 por ciento. Faltarán unas 8.000 hectáreas más, aproximadamente en el Partido de Carlos Casares. Respecto a la soja, se habrá trillado el 20 por ciento del total para cosechar; es decir, que faltarán unas 50.000 hectáreas.
(Ndr: La campaña de trigo, también, presentó una merma en los rindes y en la superficie sembrada, dado que la inundación del año 2017 en el noroeste bonaerense no permitió cultivar grandes extensiones de tierra.
En el plazo de 4 meses, los productores rurales pasaron de la inundación al déficit hídrico, que afectó el desarrollo de los cultivos de maíz y soja, cuyos rindes se están conociendo ahora).