viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 2 may 2018

Con el apoyo de la UNLP

Agricultores familiares de La Plata lanzaron una fábrica de dulces, salsas y conservas

Con el asesoramiento y apoyo de la Universidad Nacional de La Plata, pequeños productores agropecuarios de la región nucleados en el proyecto “Manos de la Tierra” pusieron en marcha una planta de alimentos procesados. Las instalaciones funcionan en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP, y allí esta semana se fabricó la primera producción de dulce de tomate a pequeña escala.


La iniciativa se inscribe en el marco de la estrecha vinculación que desde hace casi una década une a la Universidad con los productores familiares del cinturón hortícola local. Desde el año 2011, a través de su Consejo Social, la UNLP acompaña y capacita a los pequeños agricultores para ayudarlos a mejorar sus procesos de producción y comercialización.

Ahora, con la puesta en funcionamiento de la planta, se busca agregar valor en origen a las frutas y verduras cosechadas en las quintas, a través de la elaboración de dulces, salsas y conservas. La construcción de la nueva planta de alimentos procesados para la Agricultura Familiar. se realizó a partir del financiamiento de Proyectos Especiales del Consejo Social, y puede llegar a beneficiar a más de 200 familias de la región periurbana del Gran La Plata.

Cabe destacar que del proyecto participan docentes e investigadores de la UNLP. Así, los procesos de elaboración se realizan bajo el sistema de gestión de la inocuidad, implementado, monitoreado y verificado por la cátedra de Tecnología de los Alimentos de la facultad. Además, las actividades también son coordinadas por la cátedra de Economía Agraria.

La prosecretaria de Extensión Universitaria y titular del Consejo Social, Inés Iglesias, explicó que “estos pequeños productores agropecuarios y agroindustriales están en muchos casos excluidos del sistema formal de créditos (bancos y financieras), y por lo tanto, les resulta casi imposible animarse a la fabricación de alimentos para el mercado local y además deben afrontar grandes dificultades en el proceso de comercialización.

La planta se construyó en un edificio en desuso donde funcionaba la vieja herrería de la facultad de Veterinaria. Tiene unos cincuenta metros cuadrados divididos en dos plantas, en la baja se encuentra la sala de elaboración de dulces y encurtidos, mientras que arriba habrá oficinas y depósitos.

Otro de los aspectos salientes de esta iniciativa es que el nuevo espacio se utilizará también como “planta piloto para la docencia”. De este modo será posible hacer prácticas in situ con alumnos de grado; profesionales, con estudiantes de posgrado; y educación formal alternativa).

Por otra parte, se aspira que la “Sala de Elaborados” funcione cómo un espacio de investigación-acción, referido a la instalación y funcionamiento de un sistema de gestión de la inocuidad para el procesamiento de los alimentos, como así también desarrollar estudios para mejorar el desarrollo y la potencialidad de las tecnologías aplicadas.

En la zona de Influencia de la UNLP predomina la horticultura como actividad primaria principal. El Cinturón Hortícola Platense, constituye el área productiva más importante del Cinturón Verde Bonaerense con el 46,15 % de la superficie productiva total. El mismo abastece de hortalizas frescas a más del 70% de los habitantes del área metropolitana comprendido por más de 13 millones de personas. En estas producciones predominan los pequeños y medianos productores con trabajo principalmente familiar. Se estima que 7 de cada 10 productores hortiflorícolas son familiares.

En general, la mayoría de los productores, tiene como única alternativa viable para la comercialización de la producción la intervención de intermediarios, que actúan de nexo entre la quinta y el mercado concentrador, con la consecuente merma en el ingreso percibido por el productor. De acuerdo a estudios en la zona la diferencia de precios entre el producto pagado en la unidad productiva y la que llega al consumidor es de entre el 100% y 500 %. Esta diferencia es captada por una gran cantidad de intermediarios presentes en la cadena hortícola.

“Frente a esta situación los pequeños productores se ven obligados a vender a un intermediario que les paga a precios muy bajos. Las alternativas de diferenciación de la producción son escasas. Por lo tanto, el presente proyecto apunta a visibilizar al sector de la agricultura familiar en el ámbito de la UNLP, a la vez que mejorar la calidad de vida de las familias productoras involucradas”, manifestó Inés Iglesias.

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