martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº -1959

Información General | 14 may 2018

CECIM

Según los ex combatientes de Malvinas, se está "poniendo en riesgo la soberanía" por un acuerdo

Los ex combatientes de Malvinas agrupados en el CECIM La Plata denunciaron que el Gobierno avanza en un acuerdo que "menoscaba y consuma vulneraciones flagrantes a la Constitución Nacional, leyes nacionales vigentes, resoluciones de Naciones Unidas, declaraciones nacionales refrendadas por el Honorable Congreso de la Nación como es la llamada Declaración de Ushuaia, declaraciones multilaterales emanadas de organismos regionales, en perjuicio de los intereses de la República Argentina relativos a la cuestión Malvinas, tanto en lo que hace a su soberanía territorial como a la marítima, hidrocarburífera, ictícola, acuífera, y antártica, entre otras".


Compartimos con nuestros lectores el comunicado que difundieron los ex soldados de Malvinas esta mañana:

Este lunes 14 y martes 15 de Mayo se realizará una reunión en la Cancillería Argentina para “profundizar un diálogo constructivo y substantivo con el Reino Unido en temas de interés común”, a efectos de “retomar las actividades de cooperación científica bilateral para la conservación de los recursos pesqueros en el Atlántico Sudoccidental”, según se comunica desde Cancillería.

Este avance se realiza dentro del acuerdo bochornoso e ilegítimo firmado el 13 de septiembre de 2016 que fue comunicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina como un “comunicado conjunto” como resultado de la reunión que mantuvo el ex Vicecanciller Carlos Mario Foradori y el Ministro de Estado para Europa y las Américas de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Commonwealth británica, Sir Alan Duncan.

Este acuerdo menoscaba y consuma vulneraciones flagrantes a la Constitución Nacional, leyes nacionales vigentes, resoluciones de Naciones Unidas, declaraciones nacionales refrendadas por el Honorable Congreso de la Nación como es la llamada “Declaración de Ushuaia”, declaraciones multilaterales emanadas de organismos regionales, en perjuicio de los intereses de la República Argentina relativos a la cuestión Malvinas, tanto en lo que hace a su soberanía territorial como a la marítima, hidrocarburífera, ictícola, acuífera, y antártica, entre otras.

Desde que se firmó el acuerdo entre los gobiernos de Mauricio Macri y Theresa May aquel 13 de septiembre de 2016, los británicos aprovecharon la colonización política del gobierno y de las líneas internas genuflexas de la Cancillería Argentina para retomar presurosamente la explotación de nuestros recursos naturales.

Según consta textualmente en distintos párrafos del acuerdo: “se acordó adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos”.

Además: “acordaron que serían establecidas conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países”, entre otros puntos donde se vislumbra el patrullaje conjunto del Atlántico Sur con la fuerza militar de ocupación para “controlar la pesca ilegal”.

La estrategia de priorizar la relación bilateral con la hipotética promesa de la llegada de inversiones a nuestro país, que en este presente demuestra el fracaso absoluto, no sólo constituye una violación a nuestra constitución, al pretender negociar nuestra soberanía en las Islas Malvinas a cambio de supuestos negocios, sino que resulta una torpeza política desconociendo los apoyos regionales y globales que la Causa Malvinas ha cosechado en los últimos años en la región y foros multilaterales, que rechazan la existencia de un enclave colonial al sur de nuestro continente y la expoliación de nuestros recursos naturales.

Estos caminos ya recorridos en los años 90 demostraron que dejar de lado la discusión sobre la soberanía para avanzar en una agenda positiva en otros aspectos no ha modificado ni ha beneficiado en nada la posición argentina.

Pretender vincular una incierta mejora en la agenda económica de la relación bilateral, escondiendo el impostergable diálogo bajo la fórmula del “paraguas de soberanía”, ha demostrado en el pasado su ineficacia.

La explotación de los recursos ictícolas en la zona usurpada le representa sólo con la venta de licencias de pesca unos 30 millones de dólares que sumado a las capturas de especies comercializadas por la pesca ilegal aportan el 40% del PBI para el sostenimiento del “Enclave-Colonial-Militar” en nuestras Islas Malvinas.

La proyección en la explotación de recursos hidrocarburíferos indica que en la cuenca Malvinas existen yacimientos de petróleo de clase mundial con estimaciones que alcanzan un potencial de casi 1000 millones de barriles.

A partir de la llegada del gobierno de Macri, el grado de militarización se ha profundizado, como lo demuestra el incremento de los vuelos militares desde países vecinos, en violación a lo acordado tanto desde el Mercosur como desde la UNASUR. Este gravísimo hecho no ha sido denunciado con la fuerza suficiente por el gobierno.

Consideramos que lejos de haber rectificado los deplorables términos de ese Acuerdo, el gobierno ha avanzado en políticas que implican la desmalvinización de la política exterior e interna, y que se ha producido un lamentable deterioro y retroceso en la reivindicación de la soberanía nacional sobre la Islas Malvinas, Sandwich del Sur, Georgias del Sur y los espacios marítimos circundantes.

La política de desmalvinización que llega a su cenit con la firma del Acuerdo, responde únicamente a los intereses británicos y soslaya el diálogo por la soberanía, que es la primera cuestión a resolver.

Malvinas necesita el consenso de las fuerzas políticas, como fue en el 1994 donde los constituyentes plasmaron en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, nuestro reclamo pacífico, respetando el modo de vida de los habitantes de las islas o como en 2012 donde desde el parlamento se aprobó la Declaración de Ushuaia con representantes de todas las fuerzas políticas.

Asistimos sin ninguna duda a un “Plan Sistemático de Entrega” de la soberanía en todos los ámbitos de desarrollos estratégicos, la premura en la desactivación de la inversión en ciencia y tecnología, el desmantelamiento del plan satelital, la vertiginosa extranjerización de la tierra, la transferencia de recursos económicos a los sectores concentrados nos lleva irremediablemente al escenario de crisis que nuevamente estamos atravesando.

Hacemos un llamamiento a todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria a tratar en una sesión especial del Congreso el rechazo de este acuerdo que el PEN está llevando adelante a espaldas del Congreso Nacional.

Por la defensa de la Soberanía Argentina en Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur y sus mares circundantes, ya que está en juego el futuro e interés de las próximas generaciones de Argentinos.

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