Cuando un vecino de los propietarios de la casa intrusada notó que había una mujer y un hombre intentando forzar la puerta de la vivienda, informó rápidamente a los vecinos del lugar y se comunicó con la Comisaría Décima de City Bell.

Un patrullero se acercó hasta la entrada de la propiedad y un grupo de uniformados comprobó que, efectivamente, se estaba forzando la puerta de entrada.

“Somos propietarios legítimos”, alegaron las personas señaladas como “ocupas” y mostraron una escritura que, aseguraban, los respaldaba para tomar posesión de la casa.

Como se trataba del segundo intento de intrusión, los vecinos reclamaron inmediatamente la actuación de los policías presentes, que pidieron a la mujer que presentara la escritura a la que hacía referencia.

Mientras, en un veloz viaje de regreso, los dueños de la propiedad se trasladaban desde la ciudad de Buenos Aires para hacer la denuncia en sede policial.

En la puerta (sobre calle 454 entre 27 y 28) se agolpaban cada vez más vecinos reclamando que los policías retiraran a las personas que seguían intentando romper la cerradura de la puerta de acceso. Todo, mientras los agentes caminaban desconcertados en la zona de ingreso a la vivienda y pedían a los presentes que se retiraran del lugar.

Más tarde apareció la dueña de la casa tras realizar la denuncia correspondiente. Hubo un fuerte cruce verbal con los intrusos, que Info BLANCO SOBRE NEGRO registró en el video que acompaña a esta nota.

La charla fue creciendo en tensión a medida de que los propietarios iban asumiendo que la solución no iba a aparecer en forma inmediata.

Este portal se comunicó con la Unidad Fiscal a cargo de Marcelo Martini y un empleado judicial aclaró que las actuaciones todavía no habían sido giradas a la UFI.

La noche ya era muy fría y la mujer que alegaba haber comprado la casa mostraba una y otra vez una escritura, mientras algunos vecinos le recriminaban que si la historia que ella relataba (es decir, que había comprado la propiedad) fuera cierta, los dueños habrían aclarado por teléfono que habían vendido la vivienda.

Pero, sobre todo, la increpaban con la pregunta: “¿Si compraste la casa, cómo es que aparecés por primera vez de noche y nunca la visitaste?”, y además: “¿Si sos la dueña por qué no venís mañana acompañada del que te la vendió?”. Eran preguntas que calentaban el ambiente pese al frío, la humedad y los mosquitos que componían un escenario bastante peculiar y tenso.

Finalmente, la dueña de la casa se retiró tras discutir largamente con la mujer que alegaba haber adquirido legalmente la vivienda, y a la espera de que la Justicia dictamine “en forma inmediata” el desalojo que le permita recuperar su propiedad.