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Información General | 18 jun 2018

Con la participación del Coro Tous Ensemble

En el Teatro Argentino habrá un concierto íntegramente dedicado a obras de Georg Friedrich Händel

Este viernes 22 de junio, a las 20.30, en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino de La Plata se realizará nuevamente un concierto íntegramente dedicado a obras de Georg Friedrich Händel del que participan cantantes del programa Ópera Estudio y músicos de la Camerata Académica.


Dirigirá Hernán Sánchez Arteaga y la primera parte estará predominantemente abocada a la ejecución de música sacra del período inglés del compositor nacido en Halle.

En primer término se interpretará Obertura y Grand Entrée de la masque (semiópera) Alceste, HWV 65 (1749/50). A continuación se ofrecerán las siguientes arias del Oratorio Salomón, HWV 67 (1749): Praise ye the Lord for all his mercies past (a cargo del bajo-barítono Felipe Cudina Begovic), Indulge thy faith (tenor Luca Eizaguirre), Thrice bless’d that wise discerning king (barítono Julián Molinero), Can I see my enfant gor’d (soprano Laura Ávila), Beneath the vine, or fig-tree’s shade (soprano Romina Jofré) y Will the sun forget to streak (soprano Laura Ávila).

En la segunda parte, como representativo de la etapa italiana de composiciones sacras del músico, se interpretará el motete Dixit Dominus, HWV 232 (1707). Intervendrán como solistas Romina Jofré y Laura Ávila (sopranos), Rocío Arbizu (mezzosoprano invitada), Luca Eizaguirre (tenor) y Julián Molinero (barítono). También participará como invitado el Coro Tous Ensemble, que dirige Emiliano Linares. El clavicordio será ejecutado por Rodrigo de Caso y la instrucción idiomática y los sobretitulados le corresponderán a Raúl Carranza.

Habrá entradas a un costo de $ 200, disponibles en la boletería del Teatro (habilitada de martes a sábados, de 10 a 20 y los domingos, de 10 a 17). Jubilados y pensionados tendrán un descuento del 50 %. Las personas con discapacidad acceden gratis y su acompañante abona la mitad del precio.

ENTRE LAS CUMBRES DEL BARROCO Y DE LA MÚSICA OCCIDENTAL

Georg Friedrich Händel nació en 1685 en Halle, hoy territorio alemán. Su padre deseaba que fuera abogado y le prohibió el acceso a los instrumentos musicales. Pero el pequeño Georg se procuró un clavicordio para tocar a escondidas. Siendo todavía muy joven ya era un hábil ejecutante de órgano y clave. Luego de demostrar su habilidad con el órgano frente al duque Juan Adolfo I, se le permitieron tomar clases de composición y técnica del teclado. En 1702, a los 17 años, fue nombrado organista de la catedral de Halle. Al año siguiente fue admitido como violinista y clavecinista en la Orquesta de Hamburgo. Estando allí, en 1705, compuso sus dos primeras óperas, a las que añadió otras dos, tres años después. Entre 1706 y 1707 también viajó a Italia y compuso música sacra para el clero. De esa época data el famoso Dixit Dominus. En la península disfrutó del mecenazgo tanto de la nobleza como de la Iglesia, por lo cual creó tanto piezas religiosas como profanas. En ese marco escribió asimismo sus primeras óperas italianas. En 1710 retornó a Alemania y se convirtió en maestro de capilla de Jorge de Hannover. Dado el éxito cosechado en Londres por su ópera Rinaldo, en 1712 decidió establecerse definitivamente en Inglaterra. Entre 1720 y 1728 dirigió la Royal Academy of Music, para la que escribió 14 óperas, que recorrieron exitosamente Europa. En 1727 fue nacionalizado británico por el rey Jorge I. Disuelta la compañía anterior, pasó a desempeñarse entre 1729 y 1734 como gerente adjunto del King’s Theatre de Haymarket, sala en la que estrenó más de 25 óperas. Entre 1734 y 1740 trabajó para el recientemente construido Covent Garden Theatre, en el que produjo nuevas óperas. Pero consideró que ese género tenía por entonces menos éxito y se concentró en la escritura de oratorios. Fue así como en 1742 dio a conocer en Irlanda a El Mesías, una de sus creaciones más célebres. En 1744 una multitud de 12.000 personas asistió al la première de la Música para los reales fuegos de artificio. Pese a sufrir, en 1750, un accidente en un carruaje, que dos años después le provocó una ceguera total, prosiguió gestando partituras. Hasta que en 1759 se desmayó tras dirigir El Mesías y falleció pocos días después. A su funeral asistieron más de tres mil admiradores y se lo enterró en la Abadía de Westminster, donde reposan los restos de las personalidades más destacadas del Reino Unido. Dejó un legado de 612 obras, que incluye música vocal (dramática, oratorios, profana y religiosa) e instrumental (orquestal, de cámara y para clave). Abarcó todos los géneros de su época y supo sintetizar lo mejor de Bach, Telemann y Purcell, al punto de ser considerado por la posteridad no sólo uno de los principales representantes del barroco sino también entre los referentes fundamentales del conjunto de la música occidental.

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