Junto a un comedor comunitario del barrio Las Quintas ubicado en la calle 521 entre 143 y 144, hay una casa humilde que desde hace tres semanas está deshabitada. En el lugar vive una familia que por estos días permanece alejada del lugar luego de un episodio que sacudió al barrio, y que debería llamar a la reflexión a las autoridades responsables.

El grupo familiar, numeroso y en situación de extrema necesidad, por estas horas se encuentra disperso en otras casas. Nadie sabe con certeza dónde fue a parar el matrimonio y sus hijos. Algunos de ellos, aseguran en Las Quintas, permanecen presos por el robo del caballo y por otras causas anteriores. Quienes fueron puestos en libertad luego de la intervención policial ahora llevan consigo el peso del reclamo del cartonero al que le robaron el animal, que era su principal herramienta de trabajo. La tensión se vive con preocupación en la comunidad de esa zona del oeste platense.

El episodio que desató la pelea entre vecinos comenzó cuando una tarde, frente a una situación desesperante, una familia decidió robar el caballo para comérselo a un vecino que cartonea.

Los testigos aseguran que los menores de la familia trasladaron las partes del animal en sus manos, chorreando sangre, a la vista de todos, y con la premura que sólo el hambre extremo puede causar.

“Uno de los chiquitos llevaba una pata en cada mano, y entre los más grandes arrastraban el resto del cuerpo”, contó a Info BLANCO SOBRE NEGRO Gladys, vecina del lugar y testigo de lo que ocurrió.

“Al rato se hizo de noche, y ya estaban asándolo en un fuego improvisado en el fondo de su casilla”, agregó la mujer, que más tarde tuvo que declarar en sede policial.

Se trata, de acuerdo a los testimonios, de una familia en extrema vulnerabilidad social. La mayoría de los vecinos dice que el matrimonio sostiene a unos 6 menores, que además de sufrir por la falta de alimentos caminan por las calles del barrio sin abrigo y comen, cuando pueden, en un merendero comunitario de la zona.

“En el barrio todos entendimos al carrero, que es un laburante y no merecía que le pasara esto”, nos dijo la entrevistada, y agregó: “Pero no sé qué haría yo si tuviera mis chiquitos sin comer, hay que ponerse en el lugar de las dos partes”.

Según informaron miembros del Movimiento Octubres, de la CTEP y de la CTA que desarrollan tareas comunitarias en Las Quintas, ya hicieron el reclamo ante distintos organismos públicos para que se ayude tanto al trabajador afectado (el cartonero) como para la familia que se comió el animal.