Cuando Miguel Bru desapareció, su familia, con la ayuda de amigos y estudiantes de periodismo, instaló el reclamo de justicia con la pregunta “¿Dónde está Miguel?”.

De caso policial, el tema pasó a convertirse en un emblema para aquellos que luchan contra la violencia institucional. Está probado que Bru fue secuestrado por agentes de la Comisaría Novena que luego fueron encubiertos por la Justicia.

Algunos uniformados fueron condenados, pero Miguel es recordado en cada aniversario de su secuestro, y su cuerpo aún sigue sin aparecer.

“Pensar en lo que nos pasó me entristece, porque éramos una familia común, de tener las cosas que tienen todos, y esto no se lo deseo a nadie, porque de la noche a la mañana desgraciadamente nos transformamos en una familia conocida”, contó su madre.

“Y digo gracias a Dios que nos hicimos una familia conocida, porque si no hubiera tenido el acompañamiento de los amigos, de la Facultad de Periodismo, de los periodistas, seguramente todavía estaríamos esperando que él regrese, creyendo las mentiras del ex juez (Amílcar Vara), que fue destituido, que encubría a la Policía, y era la Policía la que lo había matado”, agregó Rosa Schonfeld.

Ayer, Rosa insistía con sus críticas ante la falta de resultados favorables en la búsqueda del cuerpo de su hijo. Dijo: "Ya hace casi dos años que no tenemos ni siquiera un rastrillaje, pero igual no bajamos los brazos, siempre vamos a insistir en nuestro reclamo”.

Durante el juicio que se realizó cuando se demostró la participación de los policías, el tribunal dio por acreditado que Miguel fue sometido a castigos que le provocaron la muerte y después retirado sin vida en el baúl de un automóvil.

También dieron por probado que del libro de guardia de la seccional fue borrado el ingreso del joven, que había sido detenido por denunciar a los policías López y Abrigo, y tomaron como válidas las declaraciones de tres ex detenidos que dijeron haber visto a Bru en la comisaría.

Pese a los 36 rastrillajes realizados estos veinte años, el cuerpo nunca se encontró, pero el caso sentó como precedente las condenas por homicidio aunque no se hallara el cadáver.

La Asociación Miguel Bru, presidida por Rosa, trabaja en defensa de los Derechos Humanos y si bien primero funcionó informalmente, con el tiempo se institucionalizó y adquirió trascendencia a nivel nacional , siempre con la ayuda de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata.

“Florencia Saintout (la actual decana) colaboró muchísimo, pero también lo hicieron las anteriores autoridades, siempre nos sentimos acompañados por la Facultad de Periodismo”, agregó.

Anoche, Rosa estuvo acompañada, además de por Saintout y el diputado nacional Gastón Harispe, junto a un gran número de personas que conocían a Miguel, pero también por una cantidad importante de jóvenes que abrazan su causa en reclamo del cese de las violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad.