jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº -1961

Información General | 15 ago 2018

En Olavarría

Hace 21 años los Redonditos aparecían por primera y última vez ante las pantallas de la televisión nacional

Fue para comunicar que su show había sido cancelado por las autoridades, encabezadas por el intendente Helios Eseverri. En esta nota: intrigas políticas, espionaje policial, y una colección de frases inolvidables.


Por: José Manuel Welschinger Lascano
@JMWelschinger

“No hace mucho me preguntaban por qué no dábamos reportajes”, diría esa tarde Carlos Alberto Solari, con aplomo: “Y yo les decía que nosotros ya tenemos la suficiente edad para que en vez de bajarle línea a los chicos nos pongamos a escucharlos, porque en sus nervios hay mucha más información del futuro de la que tipos de nuestra edad puedan tener para aconsejarlos”.

La anécdota es bién conocida: el 15 de agosto de 1997 Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota rompían su autoexclusión televisiva para anunciar mediante una conferencia de prensa que la presentación en Olavarría prevista para el día siguiente acababa de ser prohibida por el intendente de la ciudad.

El motivo, según constaba en el decreto firmado por las autoridades, era la amenaza a la seguridad representada por la invasión de sus miles de seguidores adolescentes.

“Me gustaría arrancar pidiéndole disculpas a los chicos que están afuera”, abría un Indio Solari más tenso de lo habitual, que se esforzaba en subrayar la humanidad de los jóvenes demonizados por la prensa: “No se nos ha ocurrido una mejor manera de acercarles nuestro cariño”.

Con sobriedad y una ironía un tanto amarga, el frontman de la banda platense aprovechaba para señalar la arbitrariedad de la medida: “Yo supongo que el intendente no se autorepresenta, supongo que habrá una parte de la población de Olavarría que estará en consonancia con él”.

Hombro a hombro junto a los músicos y la productora de la banda, Solari detallaba que, al parecer, una cámara de comerciantes o de empresarios le había manifestado inquietudes al intendente, aunque después era esa misma cámara la que se desdecía.

“Otro de los discursos que le habrían acercado al intendente es el discurso policial -continuaba -, que hablaba de una carpeta de inteligencia donde estaba referida la trayectoria vandálica de los seguidores de este grupo”. Y en un tono muy afín a la retórica de sus canciones, agregaba: “Yo mismo escuché la voz del responsable policial, diciendo que ese dossier de inteligencia estaba referido a sueltos periodísticos de un diario”. Ese diario, como se vería más adelante, era Clarín.

Tras apuntar contra la falsedad de las versiones en las que se afirmaba que Los Redondos habían sido prohibidos en la República de Chile, la voz del grupo reiteró que la función de ofrecer un recital en Olavarría consistía en simplificar el traslado para sus seguidores de todo el país. “Los vándalos son estos chicos que están ahí”, comentaba, señalando hacia sus espaldas; “De doce, trece, o catorce años, que ya no están en un estado de inocencia”.

Acá ha pasado algo, deslizaba Solari, levantando las cejas. “No sólo se me está prohibiendo a mí cantar o a los chicos tocar -insistía -; se está prohibiendo la presencia de aquellos que, por algún motivo que les es propio, quieren estar vinculados a esta banda de música”.

Bandas derviches

Tras encender un cigarrillo, el líder del conjunto dió paso a las preguntas de los medios:

¿Cómo caracterizás al seguidor promedio de los redonditos? Hoy dijo el intendente que los que venían de Neuquén, Ushuaia, eran solamente el disfraz; pero del grán Buenos Aires venían delincuentes y vándalos.

Indio: Yo supongo que cuando manejás miles de personas, adjudicarles globalmente actos de vandalismo es una locura. Yo quiero creer que acá la histeria ha descripto esto como doce o quince mil chicos que venían con actitud de destrozar; y ustedes los están viendo, son chicos que vienen de familias, que tienen padres, que ni siquiera se parecen a otros rostros de actitudes sindicalistas, donde uno podría tener cierto temor porque es gente mayor. Sinceramente, no hemos tenido nunca inconvenientes de la naturaleza que se describe. Alguna vez, por supuesto, como en cualquier lugar donde se reúnan muchos miles de personas, puede haber un grupo que haga algún desmán; pero quiero creer que ustedes, que son periodistas, saben que esas cosas ocurren en cualquier reunión de mucha gente. Aquí mismo daban anoche ejemplos de reuniones de partidos políticos de distinta naturaleza, donde pueden existir pequeños actos de vandalismo o violencia.

Hay una cosa que debería quedar clara: estos chicos lo que quieren es venir a estar abrazados con sus novias, bailar, ver un espectáculo de rock, y escuchar las cosas que a ellos los conmueven; y ese es un derecho que les han robado este fin de semana.

Hoy el intendente nos manifestó que [Carlos] Brown, el secretario de seguridad de la provincia, lo había llamado comunicándole preocupación por el recital.

Indio: _Sinceramente no sé el por qué de las cuestiones políticas. No nos engañemos, detrás de estas cosas también suele haberlas. Todo el tiempo esto me resultó exagerado. Hoy en día esto es parte de los noticieros nacionales: yo supongo que hay un grado de demencia muy grande en todo esto. Sí me parece grave que haya una prohibición, no voy a repetir los discursos permanentes de la gente que habla de la democracia y esas cosas, pero supongo que la prohibición de un acto de este tipo, sin ninguna justificación, solo con ensueños proyectales hacia el futuro, supongo que desnuda otra clase de cosas. A partir de ahí, las especulaciones políticas no nos caben. Casualmente hemos elegido este camino de la música, y lo hemos elegido desde épocas muy duras, por creer que era el camino conveniente para expresar lo que queríamos enunciarle a la sociedad.

Quizás esto sea un acto de rebeldía que todos tendríamos que escuchar. No creo en la malevolencia de esos corazones de doce o trece años, no creo eso. No creo que esos chicos sean malos, que sean vándalos como se dice. Esos son los fantasmas que cree que un concepto estético es aversión del demonio, que cree que una chica que mastica chicle mientras habla comete un pecado. Supongo que nuestra sociedad anida todo ese tipo de cosas, y que quizás el planteo de esas cosas no deje de ser, iba a decir la palabra positivo pero me niego a hacerlo._

El discurso general del rock representa al mundo más contemporáneo de las ideas, por eso es una cultura que ya tiene unos cuantos años. Y por supuesto, la gente más conservadora con respecto a su forma de vida ve en esto algún peligro. El tiempo dirá si esa cosmovisión tan conservadora y pacata es la que va a determinar nuestras vidas.

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