El funcionario que tiró los datos que iniciaron la campaña oficialista en redes sociales fue el integrante de la jefatura de Gabinete de la Nación y director de “Argentina 2030”, Iván Petrella. Con dos placas, buscó negar cualquier ajuste en el sistema universitario y buscó diferenciar el tema presupuestario respecto a la discusión salarial con los docentes.

“¿El gobierno tiene una intención de “vaciar” la universidad pública? Los datos muestran otra cosa. En los últimos dos años, el presupuesto se incrementó en un 104%, pasando de 51 mil millones a 103 mil millones”, aseguró Petrella.

Y agregó: “Es el 96% de lo pidió el Consejo Inter-universitario, un record de acercamiento al pedido. No hay vaciamiento entonces. Todo lo contrario, lo que hay es un gran esfuerzo para que las universidades tengan su presupuesto”.

En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, el secretario general de la CONADU, Carlos De Feo, expresó: “La inflación desde que llegó Cambiemos fue del 120 por ciento, mientras que el presupuesto según los propios datos que arrojó Petrella creció un 104 por ciento. Ellos se olvidan de decir cuánto fue la inflación”.

“Del presupuesto, el 85 por ciento se va en salarios. Esa parte la pagan, pero lo restante que es para el funcionamiento de las universidades lo están retaceando. En julio recién habían girado enero y febrero, después del paro mandaron lo correspondiente hasta mayo. En el mes ocho, las universidades habían cobrado sólo dos meses para los gastos de funcionamiento. Algunas tienen más espalda para aguantar, pero las más chiquitas quedaron muy complicadas”, detalló De Feo.

Según pudo averiguar este portal, la semana próxima las autoridades del Consejo Interuniversitario Nacional, que nuclea a todas las universidades nacionales del país, mantendrán una reunión con el gobierno para plantear la necesidad de que el presupuesto 2019 contemple la suba de los costos de funcionamiento de cada casa de estudio, principalmente por el aumento generalizado de las tarifas.

Varios rectores ya salieron a expresar públicamente su preocupación por el tema presupuestario. Es el caso del titular de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), con sede central en Tandil, Roberto Tassara, que señaló un retraso en el pago de la “planilla B” de gastos creada para compensar la inflación que todos los años tiene un avance mayor al estipulado.

“Esa planilla se incorporaba en el presupuesto siguiente pero esto se cortó en 2017. Por lo que para estos otros gastos venimos funcionando con el mismo presupuesto del 2016. Tenemos aproximadamente 100 millones de pesos y no pagan la planilla B desde fines del 2017”, aseguró el rector de la UNICEN el mes pasado.

“Nos dicen que no van a recortar a las universidades pero si seguimos teniendo la misma plata que en 2016 es evidente que tenemos menos. Se comprometieron también a acordar con los docentes pero tampoco avanzan”, detalló Tassara y agregó: “Todo lo que es obras está en suspenso, no dejan de estar aprobadas, pero no hay financiamiento”.

En la misma línea, el rector Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), Andrés Sabella, aseveró que “en la Universidad, el ajuste ya está instalado”, y contó: “En febrero, del presupuesto aprobado en diciembre de 2017, a las universidades se les anunció que los 3.600 millones de pesos asignados a obra pública no se iban a ejecutar. A eso se le suman algunas medidas del Gobierno nacional, por ejemplo el corte de programas que había entre las universidades con algunos ministerios, y que representaba un ingreso extra de fondos”.

“Hasta hace dos semanas, el sistema había recibido nada más que los fondos de enero, y el 50% de febrero. Si bien hay un atraso normal, un mes y medio o dos meses, producto del sistema y proceso administrativo del Estado, se había llegado a un atraso de 6 meses, lo cual hacía peligrar el normal cumplimiento de las obligaciones. En las últimas semanas, el Gobierno giró dos meses y medio, con lo cual hoy el atraso es de tres meses”, amplío el rector de la UNER.

Sabella puso la situación de su universidad en números y explicó que de un presupuesto total de 100 millones de pesos, el 88% se destina a salarios y el 12% restante conforma las partidas para gastos de funcionamiento. “Justamente, las dificultades son dos: sobre ese 88% que se destina a salarios, el Gobierno ha hecho una actualización del 5%, y quiere que la pauta anual sea del 15%. Y en gastos de funcionamiento, la dificultad que se presenta es que el presupuesto de 2017 a 2018 se incrementó un 17%, y hoy tenemos una inflación proyectada del 30%”, comentó.

La problemática docente

En su catarata tuitera, el funcionario de Marcos Peña también negó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios docentes. “Los datos que yo tengo dicen que el salario básico docente tuvo un aumento real en los últimos dos años. Sé que se priorizó el mejor aumento para los que menos cobran. ¿Alcanza? Seguro que no”, expresó.

Sin embargo, un cuadro elaborado en base a la inflación del INDEC y el incremento del salario de un docente titular con dedicación exclusiva demuestra que los trabajadores sufrieron una pérdida acumulada de más de 7 puntos en comparación con 2015.

Pero el dato más grosero difundido por Petrella fue el cálculo de cantidad de alumnos por docente en las universidades. Según el fanático del helado de chocolate amargo (lo dice en su perfil de Twitter) el sistema universitario “está en condiciones de triplicar su cantidad de alumnos sin aumentar la planta docente” porque el promedio actual es de “8,82 alumnos por docente”.

Esta aseveración fue la que generó más indignación en las redes ya que el funcionario se animó a decir que la equivalencia alumnos por docentes es la aconsejada en los jardines maternales. Sin embargo, el cálculo de Petrella no tuvo en cuenta aspectos básicos como que los alumnos cursan más de una materia en forma simultánea y que además entre los docentes existe la dedicación exclusiva y simple, de acuerdo a la cantidad de horas trabajadas.