Kalfukurá llegó al Museo de La Plata como un regalo de su fundador, el Perito Moreno de parte de Estanislao Zeballos, que a su vez lo recibió del teniente coronel Nicolás Levalle quien profanó a fines de 1878, junto a su hijo el teniente Nicolas M. Levalle, su tumba durante el preludio del genocidio llevado a cabo bajo el eufemismo de “Conquista del Desierto”.

Las comunidades tuvieron en esa acción de saqueo más de 50 muertos: 1 cacique, 3 capitanejos y 46 indios de lanza y 270 de chusma prisioneros; y todo el ganado que tenían las tribus de la Sierra de Lihué-Calel, que se componía de 1.000 vacunos, 80 caballos y 800 animales entre ovejas y cabras, según los partes del propio Levalle.

En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, la antropóloga de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo Victoria Homberger aseguró: “Kalfukurá es el mejor ejemplo del rol que tuvo el Museo de La Plata en la construcción del Estado positivista, un líder de los pueblos convertido en trofeo de guerra y prisionero de la Ciencia termino en sus vitrinas como ejemplo del ‘hombre primitivo’”.

Y agregó: “Es una cruel ironía ya que Juan Kalfukurá fue un hombre que desde los 14 años se encontró comprometido con la historia nacional argentina. El mismo cuenta, en sus cartas, que luchó a las órdenes de su padre Huentekurá en la gesta libertadora del General San Martín. En 1853, su hijo Manuel Namunkurá juró la Constitución en su nombre. Siempre defendió la unidad de los pueblos originarios como iguales ante el Estado Nacional”.

La antropóloga platense destacó que Kalfukurá “mantuvo un pacto con Juan Manuel de Rosas que propició 30 años de paz” y que “después de Rosas negoció con Urquiza en contra de los unitarios de Buenos Aires y mantuvo comunicación mediante cartas con los principales dirigentes políticos de su época”.

El pasado viernes se desarrolló una reunión en la provincia de La Pampa para avanzar con la restitución de los restos del Toki Juan Kalfukurá. Las comunidades reclamantes acordaron que su cráneo sea restituido a sus descendientes para luego depositarlo en el Valle de Chillhué, La Pampa, donde había sido sepultado en el 3 de junio de 1873. Aún falta dirimir algunos detalles para que finalmente se concrete el proceso de restitución tan ansiado por las comunidades.

Isabel Araujo, de la comunicadad Cacique Pincen de Trenque Lauquen, comentó a este portal: “Estuvimos reunidos en La Pampa y llegamos a un pre acuerdo para la restitución del Toki, aunque todavía resta definir algunos detalles en una segunda reunión que tendrá lugar a fines de octubre”.

Y destacó: “Kalfukurá es el máximo referente político del pueblo mapuche. Es el Toki, la autoridad máxima de nuestro pueblo. Para nosotros debería ser reconocido como un prócer, no hay otro dirigente indígena que haya tenido su relevancia”.

Kalfukurá tiene descendientes en Neuquén, en el Lof Namuncura y en La Plata, pero es en La Pampa donde se asentó para desplegar su destacada estrategia política y militar, y también donde fue sepultado junto a sus familiares directos. El resto del cuerpo seguiría enterrado en el mismo lugar donde fue profanada la tumba y como parte de este proceso, también se analiza la posibilidad de que antropólogos especializados inicien un trabajo para hallar el resto del esqueleto y poder volver a sepultar el cuerpo entero.

En la reunión además se avanzó con el proyecto de crear una “Ruta de Kalfukurá”, integrada por una serie de hitos a instalar en diversos puntos del Wallmapu (territorio ancestral mapuche), como muestra de la influencia que tuvo su figura en la organización y resistencia del pueblo mapuche.

Todo esto quedó plasmado en un acta firmada por todas las comunidades convocadas en La Pampa; cuya lectura contó con la presencia de la Ministra de Desarrollo Social y presidenta del Consejo Provincial del Aborigen (CPA), Fernanda Alonso, la secretaria de Cultura del Gobierno de La Pampa, Adriana Maggio, expertos de la Universidad Nacional de La Pampa y del Sur, y miembros del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), junto a las comunidades.